Lineas para la Oración

PASOS PARA ORAR

1. LUGAR. Primero busca un lugar adecuado en silencio
2. ESCUCHA. Pide ayuda al Espíritu Santo poder escuchar. Lee el texto detenidamente, pregúntate ¿Qué dice el texto?
3. ASIMILA. Pregúntate ¿Qué quiere decir Dios en su Palabra hoy? actualizar su palabra, confrontar lo que creemos con sus valores
4. ORACIÓN. ¿Qué me parece ese mensaje qué le diría yo a Dios? exprésale tus sentimientos, dar gracias.
5. CONTEMPLACIÓN Y PRÁCTICA. Serenidad ante lo que Dios te dice, nos ayuda a ver la realidad de una manera distinta,
¿Cómo practicarías este mensaje? y atrévete a compartirlo a otros.

miércoles, 6 de junio de 2012

APRENDICES DEL AMOR, DE LA VIDA Y DE LA FE.



Hoy en el evangelio se le presentan a Jesús unos saduceos para discutir con él y rebatir las enseñanzas que él estaba dando. Este episodio me gusta porque ellos se presentan con argumentos para convencer a Jesús lo equivocado que estaba, le presentan una lógica que para ellos es la más razonable.  

Esta actitud de los saduceos muchas veces es la que repetimos nosotros, es la que repetimos cuando nos acercamos a Dios y a los otros creyendo que nosotros somos los que tenemos la razón, cuando no creemos que sea verdad lo que se nos predica en la iglesia porque no cuadra con nuestra lógica o porque pensamos que está bien si creo en Dios a mi manera y no me atrevo a profundizar en la fe y en las costumbres que nos han enseñado; repito esta actitud cuando me acerco a los otros y pienso que soy yo el que tengo la razón, que mis criterios son los mejores o que el otro no tiene nada que enseñarme en tal o cual punto de la vida o del conocimiento. Personalmente creo que en la vida, en el amor y en la fe siempre somos aprendices.

Para poder crecer en la fe tengo que querer caminar, moverme, dejar mis convicciones antiguas y atreverme a tener unas nuevas, es la misma actitud que Jesús pide a Nicodemo, tienes que estar dispuesto a nacer de nuevo, a que Dios te cambie tus convicciones, a que te de nuevos criterios para ver la realidad.

Por esto tú, Jesús, le presentas a los saduceos otra lógica, les presentas una forma nueva de interpretar las escrituras, les enseñas un Dios de la vida, que desea que los seres humanos vivamos con él, que es mucho más que nuestra realidad terrena, que quiere enseñarnos un amor que vaya más allá de nuestros vínculos sanguíneos, afectivos o jurídicos. Quieres que descubramos el verdadero tesoro de la fe, el verdadero tesoro de la gracia de Dios que nos hace amar más allá de nuestros límites.

Hoy también Pablo invita a Timoteo, en la primera lectura, a que no se avergüence del evangelio, del mensaje que tiene que dar y que reavive el carisma y la misión que le ha sido confiada.  Esta es la misma invitación que nos hace Dios en este día: no te avergüences de tu fe, no tengas reparo de creer en mí, sigue a tu corazón y profundiza más en tu fe; no creas sólo por tradicionalismo atrévete a ir más allá, cree con tu mente y con el corazón también.

Cuando dice que reavive el carisma es que ponga más empeño en vivir mejor lo que Dios le pide, en no vivirlo automáticamente o sólo por cumplir. Aquí yo siento una llamada para todos nosotros, a poder profundizar en nuestra fe, en los ritos que celebramos que no sean mecánicos, en las cosas que creemos que no sea porque las repetimos y no tienen contenido ni experiencia personal. La verdadera fe debe estar llena de experiencias, de razones personales y razones lógicas por las cuales creer y por las cuales vivir.

Pidámosle al Señor que él mismo sea nuestro maestro y que nos de la diligencia para buscar formar nuestra mente y nos dé el ánimo para buscar cada día una experiencia de cercanía y encuentro con él.  

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