Lineas para la Oración

PASOS PARA ORAR

1. LUGAR. Primero busca un lugar adecuado en silencio
2. ESCUCHA. Pide ayuda al Espíritu Santo poder escuchar. Lee el texto detenidamente, pregúntate ¿Qué dice el texto?
3. ASIMILA. Pregúntate ¿Qué quiere decir Dios en su Palabra hoy? actualizar su palabra, confrontar lo que creemos con sus valores
4. ORACIÓN. ¿Qué me parece ese mensaje qué le diría yo a Dios? exprésale tus sentimientos, dar gracias.
5. CONTEMPLACIÓN Y PRÁCTICA. Serenidad ante lo que Dios te dice, nos ayuda a ver la realidad de una manera distinta,
¿Cómo practicarías este mensaje? y atrévete a compartirlo a otros.

jueves, 7 de junio de 2012

ESTE SOY YO QUE SE ENTREGA POR TI



Hoy celebramos la fiesta de Jesús sumo y eterno sacerdote, esto ¿qué significa? Las lecturas de hoy me han ayudado a clarificarlo. Primero significa que es el mediador entre nosotros y Dios, es la primera persona que intercede por nosotros, el primero y el más grande que tenemos. Esto porque un sacerdote es el que hace de puente entre los hombre y Dios, ofreciendo sacrificios, haciendo oraciones, para que el pueblo pueda tener comunión en la celebración de su fe, para que Dios perdone las ofensas de todos.

Esto parece como si Dios fuera un castigador y el sacerdote aplacara su ira, tal como lo creían los pueblos antiguos de América. Sin embargo Jesucristo es un sacerdote de un Dios de amor y de perdón, no es sacerdote de un Dios que tiene ira. Por eso Él es la puerta de acceso al amor de Dios, al amor que Dios nos quiere regalar, la puerta hacia el amor de Dios se ha cerrado por el mal que hay en nosotros (orgullo, soberbia, egoísmo, etc.) nosotros mismos la hemos cerrado; por esto el sacrificio que hace Jesús es para liberarnos del egoísmo, del orgullo, del desamor y desea que continuemos haciendo este sacrificio, tal como él lo dice en el evangelio: Esto es mi cuerpo, que se entrega por vosotros, haced esto en memoria mía.

El sacrificio que Jesús hace y el que nos pide continuar es el sacrificio de amar, de mantener la comunión entre nosotros, este amor y comunión no se consiguen si no implicamos y entregamos nuestra propia vida, nuestro propio corazón en ello.  Jesús lo sabía y por eso lo hizo primero. Él aprendió a ofrecerse totalmente al Padre, ofrecer su cuerpo, su sangre, su voluntad hoy es lo que nos pide aprender en esta fiesta y más que aprender a creer.

Digo creer porque Jesús al ofrecerse, al ser el sacerdote supremo, nos capacita para que nosotros en él, con su amor, nos ofrezcamos al Padre; que también seamos mediadores entre nuestros hermanos y Dios. Él sostiene nuestra entrega y por él podemos amar realmente como cristianos sino fuera imposible.

Él, como dice la primera lectura, nos enseña a acoger el dolor como él lo hizo, nos da la fuerza y la posibilidad de enfrentar el sufrimiento más terrible, si creemos en él podremos pasar por el fuego y no nos quemaremos, por el agua y no nos ahogaremos, sólo con la fe en su amor es posible soportar lo más terrible sin caer en la locura o en la desesperanza total.

Gracias Jesús porque eres el primero que se lanza a buscar y a entregarse a Dios para que nosotros podamos hacerlo, gracias porque eres el primero en acoger el sufrimiento y ofrecerlo por el mal del mundo, eres el primero en amar resistiendo todas las consecuencias para que nosotros podamos hacerlo.
Fortalécenos con tu amor, con tu entrega, con tu gracia, para que podamos también ser puentes y llevar a muchas personas al encuentro contigo, con el Padre, con el Espíritu Santo. 

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