Lineas para la Oración

PASOS PARA ORAR

1. LUGAR. Primero busca un lugar adecuado en silencio
2. ESCUCHA. Pide ayuda al Espíritu Santo poder escuchar. Lee el texto detenidamente, pregúntate ¿Qué dice el texto?
3. ASIMILA. Pregúntate ¿Qué quiere decir Dios en su Palabra hoy? actualizar su palabra, confrontar lo que creemos con sus valores
4. ORACIÓN. ¿Qué me parece ese mensaje qué le diría yo a Dios? exprésale tus sentimientos, dar gracias.
5. CONTEMPLACIÓN Y PRÁCTICA. Serenidad ante lo que Dios te dice, nos ayuda a ver la realidad de una manera distinta,
¿Cómo practicarías este mensaje? y atrévete a compartirlo a otros.

lunes, 30 de abril de 2012

YO DOY LA VIDA POR TI



Empezamos una nueva semana, aquí en Madrid es una semana un poco rara porque no se trabaja de lunes a miércoles así que da para que muchos estén fuera y otros para que se aburran en su casa. Qué bueno que Dios no tiene descanso y quiere seguir alimentándonos con su Palabra y yo no tengo escusa para no compartir mi oración.

Los evangelios de estos días hablan del pastor, del buen pastor que cuida y da la vida por las ovejas; ayer decía algo muy especial: yo soy el Buen Pastor, que conozco a las mías y las mías me conocen a mí. El Señor conoce a cada uno de manera íntima como nadie más, él sabe las angustias, los miedos, los deseos, los vacíos y las insatisfacciones que hay en nuestros corazones; nos conoce incluso mejor que nosotros mismos tal como decía San Agustín eres más íntimo a mí que yo mismo. Allí en el núcleo de mi persona estás tú hablándome y buscándome con tu voz.

No buscas algo para ti, buscas que tus ovejas estén bien, que estén alimentadas, las llevas a pastos verdes; para nosotros buscas que seamos felices, que podamos enfrentar las dificultades contigo, que nuestro corazón y nuestro espíritu estén bien alimentados, que estén firmes. Por eso eres capaz de dar la vida si tus ovejas corren peligro, tú les hablas a las ovejas, las llamas, no las maltratas.

Muchos pensamos que Dios nos trata con una vara, que para enseñarnos nos manda situaciones duras, Dios es Bueno como el Pastor, éste no llama al lobo sino que defiende a las ovejas, las cuida y las acompaña cuando se aproxima la fiera. Dios no llama al mal nos defiende de él, nos acompaña a enfrentarlo, nos fortalece para que no caigamos ante él, nos guía con su voz, pero eso sí no lo elimina, lo vence.

Nos invita a luchar contra el mal con su voz pero ¿cómo reconocerla?, su voz resuena en nuestro corazón y la podemos reconocer cuando nos invita a amar a los demás, cuando nos invita a salir de nosotros mismos, cuando nos abre la puerta y nos dice que salgamos del egoísmo, del rencor, del odio, no tengamos miedo sigámosle y caminemos con generosidad.

También nos dice que no sigamos las voces de los extraños de aquellos que están asalariados, que desean obtener un beneficio de las ovejas que quieren usar su lana, su piel, su leche, les importa el dinero que saquen de ese trabajo. Esas personas que valoran tu vida por la efectividad, por el beneficio que puedas aportar, te ven como ganado, que no te valores de la misma manera; Dios no te ama porque seas bueno para algo te ama porque eres su hijo o su hija, te ama porque te ha creado y quiere que seas feliz, te ama porque eres suyo y quiere llegar hasta el final con tu vida y dar su vida por ti y por todos su hijos.     

miércoles, 25 de abril de 2012

SERÁS MI TESTIGO POR TODO EL MUNDO



          Hoy celebramos la fiesta de San Marcos, el hombre que escribió el evangelio, al menos es lo que se cree. El evangelio de hoy termina diciendo algo que me ha gustado mucho Ellos se fueron a pregonar el Evangelio por todas partes, y el Señor cooperaba confirmando la palabra con las señales que los acompañaban. Me gusta esto porque nos da a entender cómo el Señor sigue estando en la misión que van haciendo los discípulos, la va confirmando no sólo con milagros sino con el amor que hay entre ellos, con la alegría que viven estos discípulos; y es que esto de la misión es un don de Dios, de hecho a mí me gusta decir que la misión la hace el Señor a través el Espíritu Santo y nosotros somos los que le ayudamos.
               
           En la ayuda que prestamos al Señor es muy necesario mantener esa fidelidad a su Palabra, a su voluntad como lo decíamos ayer y es lo que nos aconseja la segunda lectura, una lectura preciosa sobre la obediencia y confianza en Dios. Nos invita a confiar en la experiencia de los otros, a ser humildes y dejarnos guiar por Dios, a confiarle todas nuestras preocupaciones porque él cuida de nosotros. Esto es lo que hicieron los primeros discípulos, lo que seguramente hizo el mismo San Marcos, dejándose guiar por Pedro, su maestro, y colaborando con Dios con el talento que había recibido: escribir.

                La actitud de dejarse guiar es una de las que podemos rescatar hoy de estas lecturas, dejarnos guiar por la Palabra de Dios y por las personas que van por delante de nosotros, las que nos dan un testimonio de fe en sus propias vidas; ahora se nos enseña a dudar de todo, especialmente en estos campos de la fe pero qué valioso es aquel que se deja guiar, es alguien que desarrolla sus capacidades humanas y espirituales más allá de lo que imaginó; pienso que San Marco nunca pensó que tantos siglos después se le recordaría y que sus escritos serían tan importante para nosotros, pero estoy seguro que Dios sí lo sabía.

                Otra actitud, Jesús, a la que nos invitas hoy es a la misión, a poder compartir la fe con otros, compartir la experiencia de encontrarnos contigo, de amarte, de experimentarte vivo en nuestras vidas. A dejarnos guiar por el Espíritu Santo para hacer llegar a otros la experiencia de tu resurrección; nos invitas a poner nuestros talentos en la misión que tú nos acompañas, a poner la confianza en ti para enfrentar los retos de nuestras vidas.

                No imaginamos la importancia que tenemos en esta colaboración que podemos dar al Señor, no imaginamos lo grande que puede llegar a ser nuestro testimonio sencillo, el guardar la Palabra de Dios en el corazón, creer en ella y querer ponerla en práctica.

Que podamos Señor poner nuestra confianza en tu Palabra para ser testimonio y ejemplo de otros que naufragan en la desesperación, la desconfianza y en el vacío, que los subamos a la barca donde tú estás, donde se encuentra tu amor y tu presencia mi Señor.   

martes, 24 de abril de 2012

YO SOY EL PAN DE LA VIDA



El día de hoy el evangelio vuelve a debatir de lo mismo, creer en Jesús o no creer. La gente que estaba allí le pide una señal; así como Dios, a través de Moisés, dio una señal a Israel en el desierto. Allí el Señor sostuvo a su pueblo en la carestía, les alimentó con Maná, les dio agua, les ayudó en las batallas, les guió por el desierto.

Jesús ahora da otras señales distintas pero parecidas y es que Jesús no es Moisés, es más que él, por eso veremos que la señal más grande es Él mismo, su muerte y su resurrección; el verdadero pan es su persona, su amor, porque ya Dios no quiere sólo sostener nuestra vida física quiere darnos también la vida espiritual, que podamos vivirla.

Yo soy el pan de la vida. El que viene a mí no pasará hambre, y el que cree en mí nunca pasará sed. Esta palabra es la confirmación de lo que decíamos anteriormente solamente tú eres el alimento para mi vida interior, para el núcleo de mi persona, para mi vida espiritual. Nos hablas de nuestras insatisfacciones, de las cosas que vivimos sin sentido y nos dejan con hambre y sed, de muchas dificultades y tempestades interiores que vivimos solos; pero que si recurrimos a ti todas esas cosas cobran un nuevo sentido, todo en mi interior cobra un nuevo color, porque eres tú, es tu amor y tu presencia la que sacia nuestro corazón, la que colma nuestras ansias de ser felices.

No está asegurada la felicidad con el mucho pan, el mucho dinero, con la bonanza económica, las cosas aseguradas; tú quieres Señor que la garantía de nuestra vida seas tú, tu presencia, tu palabra que permanece para siempre, la que nos alimenta y nos fortalece para enfrentar las pruebas muy difíciles como hiciste con Esteban en la primera lectura. ÉL no tuvo miedo de padecer la muerte por defender su fe, vivió la muerte como un paso para disfrutar de la gloria de Dios que ya estaba viendo.

La muerte a causa de la fe quizás es una realidad que muchos de nosotros no tenemos que enfrentar, pero no olvidemos que muchos cristianos de otros lugares aún hoy son perseguidos. Estas personas viven confiando en que Dios se acordará de su causa sin claudicar de su fe y de su esperanza.

Nosotros podemos aprender de ellos porque si queremos defender nuestra fe y nuestra coherencia de vida también nos tocará enfrentar alguna muerte renunciando a cosas, quizás a la opinión que los demás tengan de mí, a la cantidad de dinero que gane, al puesto de trabajo que tanto necesito, a la posición social que pretendo conservar, quizás nos toque vivir alguna de estas cosas por defender mi conciencia, por defender la verdad o la justicia, en medio de una realidad tan voluble como la que nos ha tocado vivir. Por eso pidamos al Señor que nos fortalezca con su Palabra, que aumente nuestra fe para poder creer en él a pesar de las evidencias, que podamos defenderle en nuestra vida por encima de cualquier situación.

lunes, 23 de abril de 2012

TU AMOR ME SOSTIENE


Después de la multiplicación de los panes y de la caminata sobre las aguas, la gente te busca desesperada de un lugar a otro, eso es lo que dice el evangelio de hoy sobre ti Jesús, ellos querían hacerte rey y has huido de ellos. Ahora les dices que crean en ti como enviado de Dios, les dices que no trabajen por el alimento que perece sino por el alimento que perdura para la vida eterna.

¿Qué tiene que ver esto con nosotros? Es una llamada a mis prioridades, ¿dónde las tengo puestas? Que me preocupe por el alimento de mi vida eterna, de mi vida espiritual, cultivar el alimento que eres tú y no resolverme la vida por mí mismo. Jesús les dice a estas personas que le buscan porque les dio de comer y que en realidad lo que deben hacer es creer en él, que él es de Dios y que lo que él les dice es verdad. Para nosotros esto se traduce en confianza, creer no es solamente afirmar que existe Dios y que Jesús existió, que murió en la cruz y resucitó, creer significa confiar en la Palabra de Dios, creer que esa Palabra es verdadera, creer en lo que Dios nos dice, que Dios cuida mi vida y que no estoy solo en el mundo.

Me he encontrado últimamente con gente que ya no cree en Dios porque ha tenido una pérdida de un familiar y Dios no hizo nada para evitarlo, otros se alejan de Dios porque les está yendo mal en la vida tienen muchas dificultades y entonces por eso no creen ¿acaso alguien ha dicho que creer en Dios nos hará la vida más fácil?  Y si nos lo han dicho no es cierto. Seguimos buscando a Cristo por el pan, como estos discípulos, por las cosas materiales, porque nos resuelva la vida, nos salve de la enfermedad o del sufrimiento.

Entonces si Dios no me hará mi vida más fácil ¿por qué debo creer en él? ¿De qué me sirve? ¿Cómo compruebo que existe? Creer verdaderamente en Dios lo primero que me da es una compañía, una persona que me ama y me acompaña desde lo profundo de mi corazón en todas las situaciones que viva, luego me da la seguridad de que aunque pierda un familiar él estará allí esperándole, me da la paz del que tiene un amor firme en su corazón porque no enfrenta la vida sólo con compañías exteriores, la enfrenta con un amigo íntimo, en el corazón, que le fortalece por dentro más que ninguna otra persona. Creer en él me hace vivir desde mi vida definitiva, desde mi vida espiritual y no sólo pendiente de mi vida exterior, de las cosas pasajeras que un día están y mañana se irán, aunque sean muy duras de digerir como la crisis que hoy en España ha despertado más viva, o la situación de otros países que parece irresoluble.

Creer en ti no es una cuestión de conveniencia, es una cuestión de amor, es una cuestión vital, porque es tener a alguien que me guía hacia mi felicidad, a la realización de mi persona, a la resurrección en medio de las vicisitudes.

Quizás esta fidelidad a Dios me lleve a un final muy poco agradable, como le ha pasado al mismo Jesús, como veremos en estos días que le pasa a Esteban; pero personas como ellos son las que han luchado por la justicia, por la libertad, por la paz y no se han dejado amedrentar, son esas personas las que con sacrificios construyen el mundo más justo que todos queremos, estos luchan porque por dentro tienen un amor que les impulsa, porque por dentro tienen un Dios que les sostiene.

Ayúdanos Señor a dejarnos sostener por ti y a dejar que tú cuides de mi vida a ser coherentes con tus palabras, con tu voluntad.

jueves, 19 de abril de 2012

¡DESPIERTA MI CORAZÓN, DESPIERTA MI FE!



Esta mañana pedía al Señor que despertara mi corazón y mi mente par poder escuchar su voz y sus Palabras, es que esta mañana tenía más sueño de lo normal, pero poco a poco fui despertando. Es muy importante estar despierto interiormente para poder recibir lo que Dios cada día nos quiere regalar, hoy Jesús nos trae el testimonio del amor que ha experimentado del Padre, nos trae las Palabras que ha escuchado de él, es lo que dice el evangelio de este día.

El que viene de Dios trae ese testimonio de amor y de palabras, de vida y verdad; y para qué lo trae, pues Él quiere introducirnos en la relación con Dios, con un Dios bueno, amoroso, con un Dios que es misericordioso, con un Dios que le importa nuestra vida y que quiere hablarnos. Nos cuenta cómo es Dios en realidad, un testimonio sólo lo puede dar alguien que haya presenciado los hechos en primera persona, Jesús es aquel que ha experimentado el Amor del Padre en primera persona.

Aquel que acepte este testimonio, dice Jesús, acepta a ese Dios bueno que es capaz de tocar nuestra humanidad por enseñarnos a amar, por enseñarnos su verdadero rostro; quien no acepte este testimonio no cree en la misericordia, ni en la paz, ni en el perdón de Dios por lo tanto se condena así mismo, porque cree en un Dios implacable, de leyes, de fatalidad, de castigo, un Dios al que ninguno podemos responder. Por eso quieres despertar nuestra fe, apelas a nuestra creencia Señor; nos invitas a creer, hoy otra vez, que estás vivo, que eres el Hijo de Dios, que has vivido tu pasión y resurrección por mí.

Recuerdo cuando comencé a creer más fuertemente en ti, me encontraba en la duda, no sabía si creer en todo eso de la resurrección, de que tú eres Dios y hombre, me costaba mucho pero veía que quienes creían en ti (de verdad) eran felices; yo aceptaba la idea de un Dios creador pero la de Jesús hijo de Dios me superaba, sentía angustia porque no podía seguir siendo católico de nombre y tener estas dudas, te pedí poder creer, si existes dame una respuesta te dije y en aquella cita de la Biblia la encontré: No se turbe vuestro corazón. Creéis en Dios; creed también en mí. En la casa de mi Padre hay muchas habitaciones, si no, os lo habría dicho; porque voy a prepararos un lugar (Juan 14, 1-2) Qué alegría experimenté aquel día cuando sentí en mi corazón que con estas palabras me respondías, pensé: ¡tú hablas y me respondes por lo tanto existes!, conoces las dudas de mi corazón y aún así me aceptas y me dices que tengo un lugar con Dios. Desde ese día Señor creo más en ti, ese día despertaste mi fe, y creo más cada vez que me confirmas que estás vivo, con tus palabras y con tus hechos, desde allí y conozco la alegría de conocerte, de vivir contigo un poco de lo que nos quieres preparar en la casa del Padre.

Ayúdanos Señor a buscar tu presencia, a tener la confianza de abrirte nuestro corazón como Nicodemo, que podamos aceptar tus Palabras y tu amor, aceptar tu vida. Que como los discípulos de la primera lectura, ante todo, sigamos tu voluntad y nos atrevamos a desafiar aquellas personas que nos quieren alejar de Dios.

Ayúdanos a cuidar nuestro corazón y tu amistad con nosotros. 

miércoles, 18 de abril de 2012

TÚ ERES LUZ



Seguimos en el evangelio hablando con Nicodemo y con el debate de la vida espiritual. Me gusta lo que Jesús le dice a este hombre porque le cuenta lo que Dios ha sido capaz de hacer para que cada uno de nosotros tengamos acceso a esta vida en el espíritu, a esta vida divina o como dice Jesús a esta vida eterna; además todo lo que ha hecho Dios ha sido por amor: Tanto amó Dios al mundo que entregó a su Hijo único, para que no perezca ninguno de los que creen en él, sino que tengan vida eterna. Todo esto para que nuestro corazón y nuestro espíritu estén cerca de Dios y por consecuencia nuestra vida material también esté cerca de él, a través de nuestros actos, de nuestras decisiones, sentimientos, etc.

Sin embargo nuestra vida muchas veces está lejos de Dios, pero él no se acerca a condenarnos o a decirnos lo lejos que estamos, no nos dice lo mal que tratamos a los otros, no nos echa en cara la injusticia que hay en el mundo,  las guerras que existen, los países muy pobres, las preferencias políticas y económicas por encima de las personas. Como dice el texto: Dios no mandó a su Hijo para condenar al mundo, sino para salvarlo; esto es signo de que Dios sigue apostando por nuestra vida, en un mundo donde hay tinieblas, donde el amor y la verdad están opacadas Jesús es esa luz que brilla e ilumina el panorama, ilumina nuestra vida para que nosotros seamos luz en medio de esta oscuridad. Una luz que me trasmite en cada momento de oración, cada vez que leo su palabra, que me dirijo hacia él, cada vez que cuido su presencia en mi corazón.

Necesitamos mucha fuerza para poder ser un signo de esperanza, de amor, de claridad en medio de la maldad en que vivimos, a lo mejor pensamos que no estamos en una situación tan desastrosa y precaria pero la luz de Dios se extiende desde mi corazón al exterior, cuando Él disipa mis quejas, mis insatisfacciones, mis rencores, allí ya somos transformadores de la realidad.  Por eso pidamos no rechazarla, no rechazar su luz, su palabra, su voluntad; rechazar su Palabra muchas veces se traduce en desconfiar de su fuerza, en creer que el mal tiene más fuerza, en negociar con la mentira y la maldad, en no creer en el poder de su resurrección.

Vivir creyendo en Él es vivir en la verdad, es decir vivir coherentemente en mi trabajo, es no contribuir con la injusticia, con la corrupción aunque me sienta muy amenazado, la fuerza de Dios es ésta, la fuerza del amor que nos hace vivir haciendo su voluntad por encima de las amenazas, ésta es la luz que necesita el mundo, porque la crisis que experimentamos ahora tiene sus raíces en la crisis moral, en la corrupción, en los abusos; no es una cuestión sólo de inversionistas e inmobiliarias, de leyes y de planes de seguridad.

Pidamos al Señor tener la valentía de los apóstoles en la primera lectura porque aunque los metieron presos por anunciar el Evangelio, ellos siguieron predicando cuando el ángel les dio esta orden, no hicieron caso a los miedos ni a las represarías, hicieron caso a la voz de Dios. Por eso Señor regálanos la fuerza de la resurrección, la fuerza de tú Espíritu para ser luz en medio de las tinieblas; para que, a través de nuestras vidas, muchos puedan creer en ti, que eres un Dios de amor, de vida y de verdad.      

martes, 17 de abril de 2012

EL ESPÍRITU NOS UNE



Hoy recomenzamos las clases en el teológico, seguimos en nuestro camino de formación intelectual para ser misioneros en cualquier parte del mundo, y pedía al Señor esta mañana que pudiera ser misionero de sus Palabras,  de su voz y no de la mía; le pedía que pudiera recibir en cada momento de oración su amor y su voz, su presencia resucitada en mi corazón. Le daba gracias por el Espíritu Santo que nos hace entender su Palabra y escuchar la voz de Dios en nuestro corazón, eso es lo que ayer invitaba Jesús a Nicodemo, le invitaba a ser un discípulo de la Palabra, del Espíritu Santo.

Le pedía al Señor poder abrir mi corazón a la guía del Espíritu Santo, atreverme a hacer las preguntas: ¿Qué quieres, Señor, hoy de mí? ¿Cómo quieres, Señor, que haga hoy las cosas? Pedía que hoy no me buscara a mí, que no buscara mis propios consuelos y satisfacciones, le pedía buscarlo a Él.

Hoy Jesús continúa hablando con Nicodemo y explicándole la dinámica espiritual de la vida, parece que este hombre no tiene mucha idea de lo que está hablando el maestro porque no le entiende: Y tú el maestro de Israel ¿No lo entiendes?... Si no creéis cuando os hablo de la tierra, ¿cómo creeréis cuando os hable del cielo?; pero esto también nos pasa a muchos de nosotros nos es extraño o nos cuesta eso de escuchar a Dios en el corazón, de dejarnos guiar por el Espíritu Santo, ¿cómo sabe uno cuando Dios quiere algo? Y más aún ¿qué quiere?, a mí personalmente me ha pasado lo que dice Jesús a Nicodemo: así tiene que ser elevado el Hijo del hombre, para que todo el que crea en él tenga vida eterna, esto significa que tuvo que haber pasado por la cruz y la resurrección para que nosotros podamos creer; y es verdad después de la Pascua he experimentado una gracia especial que me ha reforzado la fe, que me ha hecho querer más esta relación personal con Dios; pero es algo que puede llegar a todos, porque ya con Jesús resucitado, al pedir su mismo Espíritu, poco a poco nos va iluminando el corazón, repito sólo si lo pedimos. Por eso cada día pidámosle que venga a nuestro corazón, que podamos entender su Palabra.

La búsqueda espiritual no es un aislamiento a los problemas del mundo, como muchos lo piensan, no es una especie de intimismo con Dios para huir de todo y sentir bonito, se trata de conectar con el corazón y los deseos de Dios, para llegar a tener un corazón y unos deseos similares a los suyos, llegar ser alguien que se compadece de la vida de los hermanos, que ama al otro. Tal como dice Juan en sus cartas El que no ama a su hermano a quien ve, no puede amar a Dios a quien no ve. Es una consecuencia lógica de una persona que tiene una vida espiritual, tener una vida de paz, de compasión, de caridad, de reconciliación; por esto la espiritualidad que se propone no es inútil, es lo que hace falta a nuestro mundo tan lleno de odios, divisiones, conflictos, opresiones e injusticias, tanto es así que han llegado hasta dentro de la misma religión.

Pidamos hoy al Señor poder experimentar su amor, poder abrirnos al Espíritu Santo. Que tu Palabra Señor fortalezca mi fe, que fortalezca mi amor hacia mis hermanos, que aumente mi esperanza ante las situaciones difíciles que enfrento, que pueda caminar con la confianza de que tú eres mi Padre y que cuidas de mí.

Que como los primeros discípulos, de la primera lectura de hoy, podamos dar un testimonio de comunidad, de unidad, de amor, porque lo que más une a los creyentes no es la cultura, las ideas políticas similares, los talentos personales, lo que une es el Señor, la experiencia que cada uno tenga de él en el corazón, el amor que cada uno reciba de él y la fe que crezca en el interior de cada uno.    
¡Ayúdanos Señor a buscarte en comunidad!     

lunes, 16 de abril de 2012

¡HOY PUEDES NACER DE NUEVO!



                Hoy acude a Jesús un hombre llamado Nicodemo, este hombre es experimentado en las cosas de Dios, en las leyes judías, en lo que en su tiempo hacía un hombre para Dios; pero este hombre va buscando algo en Jesús, va de noche quizás por temor a ser visto y reconocido por muchos; el evangelio no dice por qué Nicodemo se acerca al Señor, pero pienso que tenía una inquietud porque reconoce algo especial en el Maestro cuando dice: Sabemos que has venido de parte de Dios, como maestro, porque nadie puede hacer los signos que tú haces si Dios no está con él. Qué inquietud tenía Nicodemo, quizás le faltaba algo, como sentimos muchos de nosotros cuando controlamos el lugar y la situación donde nos encontramos, quizás va buscando una experiencia más profunda de su fe, quizás va buscando acercarse a un hombre que causa muchas inquietudes a la gente, el famoso de quien todos hablan, no lo sabemos con certeza. Sin embargo Jesús le responde haciéndole una invitación: Te lo aseguro, el que no nazca de nuevo no puede ver el reino de Dios.

                Es una respuesta que coincide con la actitud de búsqueda que tiene Nicodemo, es decir, no te acomodes a tu fe tradicional; porque siempre podemos crecer, siempre podemos ir a más y muchas veces ese algo que nos falta, ese vacío que experimentamos en nuestra vida es porque falta llenarlo con el Amor de Dios, con el Amor personal de Dios. Por eso la invitación que le hace Jesús a Nicodemo es a abrir su corazón a la Buena Nueva, abrir su corazón a la persona de Jesús, no sólo porque hace signos sino porque es el Hijo de Dios, es aquel que le puede dar una nueva vida, una vida en el espíritu.

                Este nacer de nuevo quiere decir nacer a la vida del Espíritu tal como se lo dice Jesús: el que no nazca del agua y del Espíritu no puede entrar en el reino de Dios. Nacer a una vida espiritual es nacer a una nueva esperanza, a una nueva ilusión, a un nuevo amor en el corazón, ver la vida con unos nuevos ojos, supone una renovación interior, es nacer a la conciencia que el Espíritu Santo habita en mí, que Dios mismo quiere estar presente en mi corazón, que quiere dirigirme sus palabras para ayudarme a vivir de una manera diferente, con más alegría, con más gozo, con más esperanza.

Le dice nacer del agua porque el agua purifica, purifica todas las heridas que tenemos en el corazón, limpia los rencores que tenemos guardados, quita los viejos prejuicios anclados, abre las puertas que tenemos cerradas y disipa los miedos que nos paralizan. Esa agua es su Palabra, su amor, es la confesión, es el diálogo con alguien de fe. Supone dejar atrás los apegos de mi corazón y avanzar con un horizonte de confianza en Dios, de confianza en el Espíritu que él me va a guiar hacia el bien, hacia la verdad, hacia la paz; si en nuestra vida no hacemos este proceso no alcanzaremos la dicha que deseamos.

Dentro de unos 45 días estaremos celebrando la venida del Espíritu Santo por eso las lecturas nos estarán hablando de Él, pidámosle entonces al Señor que podamos recibir su Espíritu cada día, que como el agua purifique nuestra mente y nuestro corazón, que renueve nuestro espíritu, nuestro ser interior para que podamos vivir más cerca de su Palabra, de su Amor y de nuestros hermanos.  

Abre Señor nuestros corazones a tu presencia resucitada, que reconozcamos tu voz en nosotros y podamos seguir tus insinuaciones en nuestro interior para participar de tu alegría y de tu gozo.

jueves, 12 de abril de 2012

¡MIRA MIS MANOS Y MIS PIES!



Hoy Jesús se presenta en medio de la comunidad, aquellos que estaban juntos compartiendo la emoción porque a algunos se les había aparecido por el camino, otros le habían visto en el sepulcro. Pero todos estaban asustados, con miedo y por eso Jesús se presenta a confirmarles la realidad de la resurrección, les da la paz, les trasmite una experiencia comunitaria de gozo.
El hecho de la resurrección les superaba, esto de que un hombre muera y vuelva a la vida es muy difícil de creer, incluso para ellos que le habían visto en vida hacer tantas cosas. Por esto Jesús les muestra sus marcas, les dice que no es un fantasma, que confíen en su Palabra. Esto tiene mucha actualidad porque siempre podremos dejar abierta la duda a Dios, a no creer en su Palabra ni en su resurrección, incluso viéndole aparecer ante nosotros podemos luego pensar que fue una ilusión, que estamos mal de la cabeza, por eso lo único que nos garantiza entrar en la paz y en el gozo de la resurrección es abrirnos a la fe, a querer encontrarnos con él, tener la confianza de que el Señor nos dice la verdad en su Palabra. Después de esto allí se nos da la experiencia de encuentro personal con el Señor.
Quizá alguno de nosotros pudimos ir a algún evento de Pascua, como una convivencia, un retiro, unas misiones, alguna misa o simplemente vimos las procesiones y eventos por la tele. En cualquiera de estas actividades podemos confirmar la fuerza que sigue teniendo Dios porque empuja a mucha gente a organizar estos eventos, impulsa a muchos a entregarse a su servicio, vemos personas que sufren lo de todos pero aún así siguen sirviendo a Dios. Yo pienso que estas son las marcas que Jesús muestra a sus discípulos, las marcas actuales y nos dice ahora en el lugar de los discípulos: mira a la gente que continúa entregándose por mí, mira cómo se desgastan sus manos y sus pies, mira cómo siguen creyendo en mí. Y esto nos certifica que Jesús no es una idea, porque es una persona que sigue viva entre nosotros, que tiene fuerza para dar alegría y gozo a muchos de los que hemos visto en esta semana santa.
Muchas de estas personas las vemos en la gloria, en la felicidad no superficial, sino en una felicidad que les produce el entregarse por otros, el amar a los demás; creo que esta es la resurrección que en comunidad podemos ver en nuestras vidas y que hoy Jesús, desde dentro del corazón, nos llama a ser parte de ella.
Hoy el Señor nos dice: Te invito a ser parte de mi familia, de esta comunidad, de esta Iglesia, te invito a que seas mi testigo, si hoy puedes escuchar mi voz y recibir mi amor, te invito a que te atrevas a invitar a otros, te invito a que tú puedas ser mis manos y mis pies marcados por la entrega dolorosa pero feliz y generosa.
Pidamos hoy al Señor que su resurrección, que su presencia en nosotros sea nuestra alegría y nuestro gozo, el único gozo que nos conduce a la vida, a la felicidad verdadera; el único gozo que se puede trasmitir a otros, la felicidad de encontrarse un Dios vivo que siempre está con nosotros.          

miércoles, 11 de abril de 2012

QUÉDATE CON NOSOTROS



Otra vez estoy escapado del retiro para compartir mi oración, hoy nos habla el evangelio de los discípulos que se van a Emaús una vez que ocurre la pasión de Jesús.
   En este pasaje se nos presenta la reacción de estos discípulos ante los hechos de la Pascua: Jesús un hombre que podía ser el Mesías pero que fue condenado a muerte sin embargo algunas mujeres dicen que está vivo. Ellos reaccionan huyendo de los problemas, de las cosas que no entienden y les sobrepasan, es un comportamiento que tenemos muchas veces nosotros también.
   Luego van comentando a Jesús (sin saber que era él) la interpretación que ellos hacen de los acontecimientos, están decepcionados porque no se cumplieron sus expectativas y por esto renuncian a todo el rollo, mejor se van a su pueblo con sus familiares y se pasa la página. Pero tú les das una nueva visión de las cosas, les haces entrar en la fe, y es que tu resurrección Jesús nos hace entrar en tu interpretación de las cosas, en la realidad que está más allá de nuestros ojos, de nuestros sentidos.
        Señor tú eres el único que nos sacas del pesimismo, de la duda de fe, nos das otra visión de las cosas. Muchas veces nosotros vemos lo mal que ha actuado la Iglesia en la historia, los tremendos errores que cometen los curas, las condenas que hacen los obispos, la riqueza de tal o cual persona que habla de fe, lo difícil que es creer en que Cristo sea Dios y hombre, lo imposible que es vivir con esta persona, lo mal que estoy sin trabajo, lo insuperable de la crisis económica, etc. Pero tú hoy te presentas y nos dices qué lentos de corazón sois… Yo doy mi vida por ti, tú eres mi hijo, yo te amo, vales el precio de mi sangre, yo soy la felicidad que tú esperas y buscas…
En resumen me das la interpretación de la fe, de una fe viva y no de conceptos, de un Dios que hace todas estas cosas por mí, y que si las ha hecho es capaz de encarnarse, de amar, de morir, de resucitar, de hablarme, de transformarme y cambiarme ese corazón duro, es lo que nos enseñas en la resurrección.
        Allí en lo más cotidiano Jesús se quiere presentar personalmente, en la Palabra de Dios, en la eucaristía, es muy bonito que el Señor en medio del camino y después de partir el pan les abra los ojos a los discípulos. Les abre los ojos porque les ha abierto el corazón de camino y se les ha presentado a explicarles las escrituras porque ellos tienen la inquietud de entender lo que ha sucedido, es cierto que se van pero caminan con la inquietud en el corazón. Esto nos enseña una actitud que debemos tener para encontrarnos con el Señor, aunque estemos pasando por momentos de duda, de tristeza, de alejamiento: mantengamos la inquietud de entender a Dios en el corazón, él seguro que se presentará en medio de nuestras inquietudes y dudas, nos dará una experiencia personal con él, a lo mejor en una eucaristía, a lo mejor conversando con alguien sobre la fe, a lo mejor leyendo su Palabra, lo importante es no dejar de buscarle, no dejar de pasar su vida por nuestro corazón… y luego en nuestra súplica quédate con nosotros se aparecerá en nuestro corazón, en nuestra mente, de seguro que hasta le podremos sentir.
                Ayúdanos Señor a abrir nuestro corazón a tu presencia.

martes, 10 de abril de 2012

EN MI CORAZÓN TÚ VIVIRÁS


Estos dos días los misioneros de Loeches estamos de retiro, yo me he escapado un ratito para compartirles mi oración.
Ayer veíamos cómo la resurrección de Jesús trae esperanza a los discípulos, gozo y alegría. Pero no sólo eso, Jesús se presentó de otra manera porque las mujeres no le reconocían, en el evangelio de hoy lo dice; María Magdalena se quería aferrar a tu humanidad y Jesús le dijo: suéltame que aún no he subido a mi Padre, y es que ahora Jesús les propone otro tipo de relación, ya no sólo con el Jesús humano, ahora con el Cristo resucitado, aquel que puede habitar en sus corazones.
La tristeza de los primeros discípulos, Señor, al no tenerte cerca cambia al descubrir que estás presente en todos los lugares. En estos días a mí también se me abrieron los ojos ante tu resurrección, me refrescaste lo necesario que es el encuentro personal contigo, lo vital que es escuchar tu voz en mi corazón y hacer tu voluntad. Con tu resurrección nos recuerdas que no es suficiente hacer cosas por ti, obedecer a lo que dice la Iglesia, los superiores; hay algo que va mucho más allá… es una relación interna contigo, desde el corazón, desde mi mente, desde mi espíritu al tuyo. El Espíritu Santo nos introduce en esta relación contigo Jesús y podemos experimentar así el amor del Padre, el mismo que tú experimentaste todos los días de tu vida.
Es esta relación lo que da sentido a toda mi existencia, que me hace vivir la más aburrida rutina como algo extraordinario y es que esto es descubrirte vivo, que no eres una ideología, mandamientos o preceptos religiosos, que no eres sólo unos días festivos, procesiones, costumbres religiosas… ERES UNA PERSONA QUE QUIERE VIVIR CONMIGO.
Me llamas hoy no sólo a ser obediente sino a amar, no sólo a hacer cosas por ti sino a entregar mi corazón. Así como María Magdalena después que te encontró se fue corriendo a la misión, al anuncio de su experiencia de encuentro, así me invitas a mí a anunciarte, a correr y decirle a mis hermanos que estás vivo, que vives en mi corazón y que puedo escuchar tu voz.
Pidámosle al Señor esto, que podamos escucharle, que abramos nuestro corazón a su presencia, a su Palabra que él mismo nos dirige cada día y que esto nos empuje a anunciarle a nuestros hermanos. 

lunes, 9 de abril de 2012

ÉL ACTÚA SEGÚN SU PALABRA


Hoy me encuentro dando gracias por lo vivido en la semana santa, estos días han sido de servir, orar, compartir, recibir y trasmitir esperanza. El resumen de estos días santos ha sido para mí la esperanza, la posibilidad de que el amor puede cambiar hasta lo más imposible. Cuando hay alguien que se compadece de nosotros, cuando alguien nos ama con todas las consecuencias es posible que demos los pasos que consideramos imposibles, es allí cuando nuestra vida cobra sentido y cuando la felicidad no parece una realidad tan lejana; por eso es necesario abrirnos a ese amor entregado, recibir ese primer paso para nosotros poder dar ese salto de amor por otros.
He revivido la realidad de que el mal no tiene la última palabra, que alivio saber que aquella dificultades que oprimen nuestras vidas en este momento son pasajeras, que los sufrimientos personales, el rencor, la rabia, los padecimientos sociales, los dictadores, los sistemas injustos, las crisis económicas todo eso no es eterno, ni siquiera la muerte. Es que Jesús ha resucitado y ha vencido todos los males con este acto. Esto parece muchas veces un refugio, como una fantasía inventada por las religiones para aliviar psicológicamente el sufrimiento interior del hombre.
Hoy en el evangelio se nos presentan dos posturas ante la resurrección de Jesús, estas posturas siguen estando hasta hoy. La primera que menciona es la de las mujeres que creyeron en el anuncio de la resurrección y estaban muy alegres por esto; estaban llenas de gozo porque si Jesús había resucitado significaba que: él tenía razón en todo lo que había dicho, realmente era el Mesías esperado, que él era el Hijo de Dios, en resumen que su Palabra era cierta. Esta misma alegría y gozo nos inunda cuando descubrimos que la Palabra de Dios en nuestra vida es real, que Dios no nos ha defraudado, aunque los caminos que esperábamos fueran diferentes. El creer en la Palabra de Dios les llevó a estas mujeres a un encuentro personal con Jesús, se les apareció y les dijo qué tenían que hacer. A nosotros, cuando creemos en su Palabra, cuando pedimos creer en ella, cuando imploramos tener fe, se nos aparece también el Señor, aparece claramente su voz en nuestro corazón, en nuestra mente, somos capaces de verlo en las circunstancias, en el hermano.
La segunda postura ante la resurrección es la de los soldados, ellos presenciaron los hechos del sepulcro vacío y quizás los chicos vestidos de blanco (ángeles) que anunciaban la resurrección pero ellos no creyeron, tomaron el camino pragmático, sacaron beneficio del dinero y callaron; los judíos hicieron explicaciones racionalizadas, esto fue un invento, es imposible que un hombre resucite; esto no les causo alegría ni un encuentro personal con Jesús, y aún siguen esperando aquel que traiga la esperanza y la paz a su pueblo.
Debemos recordar que Dios es el Dios de los imposibles, hace que su Palabra se cumpla, es el Dios de la vida, aquel que desea que vivamos cimentados en su Palabra, en su amor, en la fe de que Él cuida de nosotros y que es real lo que nos dice. Pidámosle vivir con un corazón abierto a la fe, a la esperanza, abierto a la resurrección, esto es lo que hizo surgir a la Iglesia, lo vemos en la primera lectura. Esto es lo que abre al hombre a una esperanza radical, a esperar incluso después de la muerte, si Cristo no resucitó entonces no se puede creer en él, si no existe la vida eterna entonces somos un ser absurdo porque no queremos morir y sin embargo morimos, tal como pensaba ese filósofo ateo francés Jean Paul Satre que el hombre es un ser absurdo. Por eso pidamos al Señor no vivir en el vacío y en lo absurdo de un hombre sin fe, pidamos vivir confiando, en su Palabra en su resurrección, en su amor

miércoles, 4 de abril de 2012

EL PODER DEL PERDÓN



Las lecturas de hoy continúan en el contexto de antes de la pasión, de la última cena de Jesús; aún no ha llegado el Jueves Santo pero ya los evangelios nos van introduciendo en el espíritu de lo que van a ser estos días santos. Para prepararnos y que no lleguemos tan fríos.
             Hoy me encuentro pidiendo por mi familia, por las diferentes actividades que se realizan en nuestra comunidad en estas fechas, también por las celebraciones que se hacen en la Iglesia, que no sea una semana santa más sino que sean unos días de encuentro, de contactar con  Jesús, como ya he compartido los días anteriores.
                Me impresiona el evangelio de hoy porque me he quedado mirando a un personaje: Judas, el que entregó a Jesús, me llama la atención por qué lo hizo, me doy cuenta que busca algo para sí mismo porque pregunta a los sumos sacerdotes: ¿Qué estáis dispuestos a darme, si os lo entrego?  A Judas no le importa que sea su amigo, le importa el beneficio que saque de esto, creo que en una situación límite fue negociante, quiso salir airoso de un mal panorama y además sacar beneficio de la situación. En resumen sólo le importó su bienestar. Esto me  hace pensar que todos tenemos un poco de Judas, cuando peligramos sale de nuestro corazón lo que más nos importa: nosotros mismos, mi yo, mi vida. Por esto mismo Pedro lo negó, se estaba protegiendo, por eso mismo los otros se fueron, cada uno huyo por su vida.
             Hoy también he preguntado a Jesús que si para Judas había perdón, será que ¿aquel que te entregó puede ser perdonado?, eso me inquietaba porque al leer los evangelios parece que Judas estaba destinado a la condenación, destinado a entregar a Jesús y a irse al infierno y pienso: ¿existirán algunas personas destinados a hacer el mal, a condenarse? Esto parece que es así cuando voy conociendo personas; pero creo que tus últimas palabras en la cruz me hacen reflexionar sobre el asunto y llegar a una conclusión… Padre perdónales porque no saben lo que hacen, esto me ayuda mucho porque tú Jesús llegas hasta el final no por demostrar tu fuerza de aguante, no por demostrar la fuerza que tiene el mesías de aguantar golpes, sino que demuestras la fuerza que tiene el Amor para poder Perdonar todo eso, el poder del Perdón es el más fuerte que nos has mostrado, el poder de la misericordia, de un Padre amoroso que abraza el cuello de su hijo cuando este le ha perjudicado muchísimo, el poder de sanar los pecados de los hombres, de devolver la dignidad a las mujeres de mala vida, de mostrar la compasión y el perdón. Gracias porque a todos nos das la máxima enseñanza con tu pasión… Dios es amoroso y compasivo, perdona siempre y perdona todo.
                En estos días de pasión me gustaría contactar con tu corazón misericordioso y sentirme sostenido por ese amor cuando me descubra actuado como Judas, queriendo sacar beneficios personales por encima de la desgracia del hermano, saltándome los valores de la lealtad y de la amistad por mi egoísmo, burlándome del inocente o desprestigiado para ser el centro de atención, despreciado al que no es de “mi condición”, mirando con malos ojos al extranjero y al otro que la pasa mal, condenando a la ligera los errores de mi prójimo.
                Me encantaría Jesús que en esta pascua me hicieras un trasplante de corazón, que me dieras un corazón compasivo y misericordioso, que perdone y se ubique en los padecimientos de mis hermanos. 

martes, 3 de abril de 2012

AMAR HASTA EL FINAL



Hoy las lecturas nos siguen  hablando de Jesús que abre su corazón a sus discípulos, a aquellos que viven con él. De hecho el evangelio empieza con la siguiente expresión: Jesús, profundamente conmovido, dijo: “Os aseguro que uno de vosotros me va a entregar” Esto me dispone seguir buscando tu corazón, a querer conectar con tu vivencia Jesús en esta pascua, ¿qué querrás decirme Jesús a mí? Estás profundamente conmovido porque uno de los tuyos te entrega, los otros no se enteran de lo que pasa… Ninguno de los comensales entendió a qué se refería, además sabes que se van a esconder y a huir e incluso uno de tus preferidos te va a negar.
         Es muy fuerte que hasta las personas más cercanas que tienes, tus amigos, los que se recuestan en tu pecho, los que comen en tu mismo plato, los que te hacen promesas de amor, son esos mismos los que te no te entienden, los que se van, los que te niegan e incluso los que te entregan. Aquí entiendo que la pasión es una escuela de amor, donde tú amas sin importarte tu pellejo, amas más allá de tus fuerzas, de tus límites, amas totalmente desprendido de ti hasta las últimas consecuencias.
Mi amor, el que yo doy, se parece más al de los discípulos, cuando me toca mi carne, cuando me veo en peligro me echo para atrás, me arrepiento, me protejo. Es que amamos hasta cierto punto, cuando no nos corresponden o incluso cuando nos responden con mal ya hasta allí llegamos y esto es normal.
          Tu Amor Jesús, en cambio, es sobrehumano, tu amor no se puede vivir si no está apoyado en el Amor del Padre. Es lo que él nos enseña en esta pascua, con tus propias fuerzas no puedes amar hasta el final, no puedes perdonar y aguantar traiciones y ofensas de aquellos que dicen amarte. Sólo el Amor del Padre es transformador, no es utilitarista, no es dependiente de un trato o de una persona, es un amor libre, pleno, un amor que sostiene nuestras vidas en los momentos más duros. Es lo que en esta pascua nos enseña Jesús, con el Amor del Padre puedes llegar hasta el fin, amar hasta el extremo.
          Curiosamente los seres humanos estamos llamados a este amor, a trascendernos amando, a ir más allá de nosotros mismos en el amor pero sólo por los caminos que nos ha mostrado Jesús podemos llegar a realizar esos deseos ocultos que tiene nuestro corazón.
            En el salmo nos enseñas Jesús tu actitud interior A ti, Señor, me acojo, no sea confundido jamás ¡Por tu justicia sálvame, libérame! Es al Padre que acudes en los momentos de desesperación, es a él que te confías cuando no queda nadie más. Enséñame a tener esa misma actitud de buscar al Padre en mis dificultades, a saber que Él es mi refugio, mi seguridad, que mi vida está sostenida por los brazos del Padre y que no me defraudará.   

lunes, 2 de abril de 2012

¡BUSCA SU CORAZÓN!



Estos días he estado un poco ausente del Blog y es que ya han comenzado los ajetreos de semana santa, ya he comenzado a vivir por anticipado la pascua en una convivencia este fin de semana pasado. Hoy estuve con mis hermanos de Loeches igualmente tenían cosas que hacer para las diferentes actividades.
Muchas personas también entran en preparativos para salir de vacaciones, para llegar a sus pueblos, en las cofradías se preparan las procesiones, las abuelas se preparan para recibir a los nietos, los primos se encuentran, los hermanos se ven, en fin de alguna u otra manera todos nos preparamos.
También en las lecturas y en las celebraciones de la eucaristía podemos percibir una preparación para estos días; los que ayer pudimos estar en misa de Domingo de Ramos se ve que ya comienzan los preparativos para la pascua, hasta las lecturas del día de hoy nos van indicando cómo Jesús se prepara para vivir la pascua. Los discípulos notan un cambio externo en Jesús, ya no hay milagros, ya no hay grandes discursos sobre el reino, ahora Jesús habla de él, de cómo se siente, del sentido de lo que se va a vivir pero muchos de los que le escuchan no le entienden.
Podemos ver en el evangelio de hoy cómo una mujer derrama sobre Jesús un perfume muy caro, es un gesto muy bonito que Jesús alaba y los demás no entienden porque parece un desperdicio, otros (los judíos) van a ver a Lázaro que ha sido resucitado y esto da a entender que buscaban ver o recibir algún milagro, van como buscando el show. Pero Jesús se está preparando para la sepultura así lo dice a los discípulos, parece ser que la única que lo entiende es esta mujer que intuye que algo no anda bien.
Es muy fuerte que tan pocos conecten con el corazón de Jesús, los discípulos van buscando los actos de caridad, los judíos los milagros y las manifestaciones, pero la mujer sólo busca estar con él, sólo quiere darle a Jesús lo mejor que ella tiene, esta mujer intuye y sigue su corazón, le expresa su amor a Jesús de esta forma.
La llamada que recibíamos hoy es a tener la actitud de esta mujer, antes de preparar tanto externamente la pascua, las charlas, los sirios, los carteles, los recuerdos, las cosas que llevaré para las vacaciones, etc., preparar nuestro corazón, que sea capaz de percibir al Señor, que sea capaz de captar la intensión con que vive estos momentos, Jesús cómo quieres tú que viva esta pascua, qué gesto de amor puedo hacer por él.
El Salmo dice el Señor es mi luz y mi salvación ¿a quién he de temer? El Señor es el refugio de mi vida ¿por quién he de temblar? Me ayuda a entender la actitud interna que tiene Jesús ante este momento, es un continuo buscar confiarse en el Padre, todo este salmo habla de esto y Jesús conocía estas oraciones, de seguro que las repetía al Padre, Adonai en ti confío.
Durante estos días veremos cómo Él va viviendo los momentos de mayor tensión de su vida y nos va abriendo su corazón, mostrándonos sus sentimientos, sus miedos y dónde tiene puesta sus seguridades, estemos atentos para no perder de vista su mirada, sus palabras, los gestos de amor que podamos mostrarle para decirle: Jesús aún hoy cuando sigues sufriendo la pasión yo estoy contigo.