Este
día es la fiesta de San José y la celebración del día del padre aquí en España,
siempre me quedo impactado de lo católica que es la sociedad española a pesar
de que muchos de ellos digan que no son católicos y ni siquiera creyentes. Celebrar
el día del padre en el día de San José me
parece muy bonito por tomarlo como modelo de padre, de hombre de familia;
pero también como modelo en la fe.
Muchas
veces queremos hacernos cristianos, santos o buenos por nuestras propias
fuerzas, pero en realidad es el Señor quien nos da la gracia para cumplir la
misión que él mismo nos pide, es él quien nos auxilia en nuestras debilidades y
el que nos va haciendo testimonio para otras personas; tal como lo hizo con
José, que en medio de su vida cotidiana como padre de Jesús y esposo de María
pudo realizar su vida, en lo escondido, en lo oculto y sin ni siquiera seguir
los caminos lógicos de realización que seguiría cualquier hombre común; José
renuncia a lo que a cualquier hombre Israelita hubiese considerado imprescindible
para su felicidad: un hijo. José adopta un hijo que no es de su propia carne,
que no entiende muy bien de dónde salió pero intuye que Dios lo quiere y que
Dios quiere que sea así. Como lo dice en la cita (Mt. 1,16-24) Me impresiona
que José se fiara de un sueño, que reconociera en él la voz del Señor, que a
pesar de la situación tan conflictiva que se le presentaba en su vida pudiera
escucha la voz de Dios y no se empecinara en sus pensamientos.
Él
como dice la primera lectura, Romanos 4,13.16-21.24, fue fortalecido en su fe y pudo conocer que Dios es poderoso, fue
la misma actitud de Abraham de confianza, de fe en un Dios bueno, de cercanía
para reconocer su voz en medio de lo cotidiano, de fuerza para realizar su
voluntad por muy distinta que parezca a nuestros planes. Esto me habla mucho de que la fe es una puerta que nos conduce a la
verdadera realización de nuestra vida, a nuestra felicidad; a José le
condujo a ser el padre del Señor un plan mucho más grande que el que soñaba, a
Abraham le llevó a ser padre de muchos pueblos, padre en la fe de todos los
fieles de las tres grandes religiones actuales, que fuerte que Dios por una
suave voz, por varios pasos de confianza lleve nuestra vida más allá de lo que
pensamos.
Hoy te
pido Señor que me ayudes a reconocer tu voz, que pueda tener la inquietud de
hacer tu voluntad, que no me aferre tanto a mis planificaciones, a mis proyectos,
a mis metas personales. Que me abra a tu voz que pueda escucharte en mi corazón
y que el Espíritu Santo me fortalezca para hacer su voluntad, aquellos pasos
que me pides dar, aquellas personas que me pides asumir, aquellas tierras que
me planteas dejar, aquellas situaciones que me pides amar.
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