Lineas para la Oración

PASOS PARA ORAR

1. LUGAR. Primero busca un lugar adecuado en silencio
2. ESCUCHA. Pide ayuda al Espíritu Santo poder escuchar. Lee el texto detenidamente, pregúntate ¿Qué dice el texto?
3. ASIMILA. Pregúntate ¿Qué quiere decir Dios en su Palabra hoy? actualizar su palabra, confrontar lo que creemos con sus valores
4. ORACIÓN. ¿Qué me parece ese mensaje qué le diría yo a Dios? exprésale tus sentimientos, dar gracias.
5. CONTEMPLACIÓN Y PRÁCTICA. Serenidad ante lo que Dios te dice, nos ayuda a ver la realidad de una manera distinta,
¿Cómo practicarías este mensaje? y atrévete a compartirlo a otros.

jueves, 28 de junio de 2012

EL CIMIENTO DEL AMOR.



Después de las dos semanas de estudio y de exámenes he vuelto a los espacios de este blog, antes de irme de ejercicios espirituales dejo con ustedes mi oración del día de hoy:

Hoy comenzaba dándole muchas gracias a Dios por todo lo vivido en este curso escolar, por todas las personas que he conocido últimamente, por todas con las que he compartido más de cerca. También le daba gracias por mis compañeros de clases y por mis hermanos con los que vivo.

Después de esto tomaba y leía la lectura de hoy, me agrada este pasaje porque Jesús está cerrando su enseñanza del sermón de la montaña, él ya ha dado un montón de instrucciones y la gente está admirada de lo que dice, pero termina diciéndoles: No todo aquel que me diga “Señor, Señor” entrará en el reino de los cielos, sino el que cumple la voluntad de mi Padre que está en el cielo. En resumen la cuestión no es sólo de Palabras y de admiración hay que comportarse como Dios quiere, hay que hacer su voluntad; esto es una cosa que sabemos y que repetimos porque la fe y la vida cristiana no son de la boca para afuera, es una cuestión de vida, de nuestra propia existencia.

Me gusta que el hacer la voluntad de Dios no es cumplir con una serie de normas, no es amoldarse a un comportamiento establecido, como muchas veces pensamos, es sobretodo escuchar, poner atención a lo que Dios me quiere decir a mí, a través de su Palabra, a través de las personas que también van intentando seguirle. Por esto es muy importante vivir la fe en comunidad, participar en la liturgia y hacer oración personal; aquí es donde Dios nos puede hablar, donde él puede crear un espacio para dirigirse hacia nosotros y que podamos escuchar su voz y hacer su voluntad.

Hasta este discurso Jesús ha dicho muchas cosas sobre esa voluntad que Dios tiene sobre nosotros, nos invitaba a dejarnos llevar por sus criterios y no por los nuestros, a no devolver mal por mal, a no alojar en nuestros corazones malos sentimientos, a no desear el mal para el otro, a preocuparnos por los más necesitados, a vernos como unos constructores de paz y de justicia.

Por esto es importante vivir nuestro camino de fe, como un camino de búsqueda, un camino de disponibilidad también para dejarnos encontrar por el querer de Dios, por sus Palabras. Que busquemos cómo Dios quiere que ayudemos a los demás y cómo él quiere que estemos más cerca de él. Esto creo que es poner el cimiento de nuestra vida sobre la roca, poner el cimiento en el amor, amor a Dios y amor a nuestros hermanos (evidentemente este amor pasa primero por amor a uno mismo).

Saber que en nuestra vida la última palabra para tomar decisiones la tiene Dios también es construir sobre roca, no dejarnos llevar por la situación económica o social externa, por la opinión de los demás, por mis criterios egoístas, dejarnos llevar por su Palabra para tomar las decisiones, atrevernos a preguntarle qué quiere él que hagamos en tal o cual situación es el primer paso para hacer su voluntad, para descubrirla y empezar a tener una vida cimentada en el amor, una vida que ante las dificultades no tiene nada que temer porque hay un amor que le sostiene.

Pedid por mí porque me voy a un mes para escuchar su voz, su Palabra, para vivir un poco más como él quiere. Yo pediré por vosotros para que cada día estéis más cerca del Señor.

miércoles, 13 de junio de 2012

¡HOY CREEMOS, PORQUE NOS AMAS!



Hoy Jesús habla de la Ley, una de las máximas autoridades del pueblo judío. Tú les dices que no quieres abolirla, que no quieres pasar por encima de ella, no quieres abolir la fe que tenían estas personas, no quieres romper las tradiciones quieres vivirlas de verdad y explicarles su verdadero sentido.

Me agrada esto porque en ese tiempo la religión era una carga, quizás muy parecido a lo que se vive ahora, la gente pensaba que era imposible vivir las exigencias de los mandamientos. Jesús, tú en cambio, dices que es posible, que se puede cuando se vive no desde el mero cumplimiento sino desde el amor, desde la relación con el Padre que es amoroso.

Ahora nos dices a nosotros que es posible vivir los mandamientos, es posible vivir como Dios quiere sólo si somos tus amigos, sólo si estamos cerca de ti, solamente si nos dejamos alimentar por el amor del Padre. Esa garantía no es de teorías, tú has vivido esto, por eso hoy podemos creer en tu Palabra, hoy podemos creer en que se puede amar a los enemigos, que se puede soportar el mal con el bien; no sólo porque tú lo has vivido, sino por todas las personas que lo han hecho en la historia, porque podemos ver que a ellos tú les has ayudado y ha sido posible.

Tú vida es posible en mi vida, tú soportas nuestra entrega, nuestro sí a la Palabra de Dios.
En la primera lectura vemos como el pueblo de Israel cree en Dios por los prodigios, por los milagros, por las señales extraordinarias; ahora veo la diferencia de la fe que quieres darnos a nosotros, quieres que la gente crea en ti por el milagro de la conversión del corazón, por el milagro de que convencernos de vivir de acuerdo con el evangelio, que hay un Dios con el que podemos contactar y que está con nosotros.

Quizás en la vida no nos vaya bien o quizás sí, lo importante es que allí no está fundamentada nuestra fe, creer a pesar de las circunstancias, creer basándonos en la confianza, en la amistad contigo y no desde la eficacia, desde el si me sirves o si no me sirves.

Gracias porque tú eres un Dios que no nos abandona, que no nos deja solos y que prendes fuego en nuestro corazón para que creamos en ti, para que te amemos, eres aquel que da sentido a mi vida.

martes, 12 de junio de 2012

TÚ ERES SAL Y LUZ



Jesús habla a los discípulos ser sal y luz, quizás este pasaje lo hemos escuchado muchas veces, pero qué nos querrá decir el día de hoy ¿qué nueva enseñanza puede traer? Era la pregunta que yo le hacía a Jesús esta mañana.

Me llamaba la atención la cuestión de perder la sal, creo que perder el sabor está relacionado con perder el amor, con perder el gusto por Dios, con que nos dé igual estar con él o no. ¿No sé si habéis experimentado la sensación de que todo es indiferente, de que nada os afecta, de vivir en un permanente estado de desánimo? Esto creo que es perder la sal, no hay nada más triste que una persona que diga que cree en Dios y no tenga una experiencia personal de él, no haya experimentado en su vida un cambio que le lleve a optar realmente por Dios, quizás esto no nos pase a los que leemos esto pero creo que muchos, de los que conocemos, viven así sin experiencias que afecten sus vidas, sin experiencias que les lleven a más amor y a más entrega, que les ayuden a soportar las duras pruebas que trae el comprometerse a amar en serio.
Esto ocurre, creo yo, porque nos cuesta mucho interiorizar lo que nos pasa, nos cuesta bastante encontrar el sentido a lo que nos ocurre, y el cristiano que no ve a Dios en su vida es difícil que siga siendo cristiano. Es necesario que nos despiertes Señor para darnos cuenta que eres tú el que pone la sal y la luz a nuestra vida, el que pone ese sabor de amor y esa luz de fe en cada uno de nosotros.

Precisamente esto es lo distinto que aportamos al mundo: una vida que conecta con el amor de Dios, una vida que tiene el soporte de la fe, que tiene alegría, esperanza, misericordia, generosidad, etc. Es verdad que nos somos perfectos pero el que confía en Dios sabe encontrar todo esto en él, tiene una fuente que no tiene el que no cree en él.

Por esto es nuestro deber cuidar la luz y la sal que el Señor aporta a mi corazón, no está bien descuidarla cuando hace tanta falta en el mundo que vivimos. Cuidarla alimentándola con la Palabra, con la oración, con la vivencia en una comunidad de fe, con obras de caridad que el Espíritu nos suscita en el corazón, como dice hoy el evangelio: Alumbre así vuestra luz a los hombres, para que vean vuestras obras y den gloria a vuestro Padre…

Es necesaria esta luz en el mundo en que vivimos, que la gente se encuentre con personas coherentes, correctas, rectas de corazón y conciencia; algo que tanto hace falta cuando vemos los fraudes que se cometen, cuando este comportamiento nos afecta a todos. La misma crisis económica es sólo un resultado del desastre moral que es nuestro mundo. ¿Quién podrá poner un poco de luz en esta tinieblas? ¿Un poco de sal que sane la corrupción?  (La sal en la antigüedad se usaba para conservar las carnes) yo creo que un corazón generoso, recto, alegre, que no busque su propio beneficio, un corazón que esté cerca de Dios.
Estas características son las que Jesús tenía, son las que él me invita a tener, sólo podré tenerlas si soy su amigo, si estoy cerca de él, si recibo de su mismo amor para darlo a los demás.

Pidámosle, entonces, que transforme nuestros corazones, que aprendamos a reconocer la luz y la sal que él pone cada día en nosotros, que no dejemos que el mal sea más fuerte en nuestras vidas. Que podamos sobre todo confiar en él, aún en las circunstancias más difíciles como en la primera lectura. Que aún en tiempos de crisis y escasez confiar en que Dios nos cuida y nos regala lo necesario para vivir, que siembra en nuestros corazones lo necesario para afrontar las dificultades.

jueves, 7 de junio de 2012

ESTE SOY YO QUE SE ENTREGA POR TI



Hoy celebramos la fiesta de Jesús sumo y eterno sacerdote, esto ¿qué significa? Las lecturas de hoy me han ayudado a clarificarlo. Primero significa que es el mediador entre nosotros y Dios, es la primera persona que intercede por nosotros, el primero y el más grande que tenemos. Esto porque un sacerdote es el que hace de puente entre los hombre y Dios, ofreciendo sacrificios, haciendo oraciones, para que el pueblo pueda tener comunión en la celebración de su fe, para que Dios perdone las ofensas de todos.

Esto parece como si Dios fuera un castigador y el sacerdote aplacara su ira, tal como lo creían los pueblos antiguos de América. Sin embargo Jesucristo es un sacerdote de un Dios de amor y de perdón, no es sacerdote de un Dios que tiene ira. Por eso Él es la puerta de acceso al amor de Dios, al amor que Dios nos quiere regalar, la puerta hacia el amor de Dios se ha cerrado por el mal que hay en nosotros (orgullo, soberbia, egoísmo, etc.) nosotros mismos la hemos cerrado; por esto el sacrificio que hace Jesús es para liberarnos del egoísmo, del orgullo, del desamor y desea que continuemos haciendo este sacrificio, tal como él lo dice en el evangelio: Esto es mi cuerpo, que se entrega por vosotros, haced esto en memoria mía.

El sacrificio que Jesús hace y el que nos pide continuar es el sacrificio de amar, de mantener la comunión entre nosotros, este amor y comunión no se consiguen si no implicamos y entregamos nuestra propia vida, nuestro propio corazón en ello.  Jesús lo sabía y por eso lo hizo primero. Él aprendió a ofrecerse totalmente al Padre, ofrecer su cuerpo, su sangre, su voluntad hoy es lo que nos pide aprender en esta fiesta y más que aprender a creer.

Digo creer porque Jesús al ofrecerse, al ser el sacerdote supremo, nos capacita para que nosotros en él, con su amor, nos ofrezcamos al Padre; que también seamos mediadores entre nuestros hermanos y Dios. Él sostiene nuestra entrega y por él podemos amar realmente como cristianos sino fuera imposible.

Él, como dice la primera lectura, nos enseña a acoger el dolor como él lo hizo, nos da la fuerza y la posibilidad de enfrentar el sufrimiento más terrible, si creemos en él podremos pasar por el fuego y no nos quemaremos, por el agua y no nos ahogaremos, sólo con la fe en su amor es posible soportar lo más terrible sin caer en la locura o en la desesperanza total.

Gracias Jesús porque eres el primero que se lanza a buscar y a entregarse a Dios para que nosotros podamos hacerlo, gracias porque eres el primero en acoger el sufrimiento y ofrecerlo por el mal del mundo, eres el primero en amar resistiendo todas las consecuencias para que nosotros podamos hacerlo.
Fortalécenos con tu amor, con tu entrega, con tu gracia, para que podamos también ser puentes y llevar a muchas personas al encuentro contigo, con el Padre, con el Espíritu Santo. 

miércoles, 6 de junio de 2012

APRENDICES DEL AMOR, DE LA VIDA Y DE LA FE.



Hoy en el evangelio se le presentan a Jesús unos saduceos para discutir con él y rebatir las enseñanzas que él estaba dando. Este episodio me gusta porque ellos se presentan con argumentos para convencer a Jesús lo equivocado que estaba, le presentan una lógica que para ellos es la más razonable.  

Esta actitud de los saduceos muchas veces es la que repetimos nosotros, es la que repetimos cuando nos acercamos a Dios y a los otros creyendo que nosotros somos los que tenemos la razón, cuando no creemos que sea verdad lo que se nos predica en la iglesia porque no cuadra con nuestra lógica o porque pensamos que está bien si creo en Dios a mi manera y no me atrevo a profundizar en la fe y en las costumbres que nos han enseñado; repito esta actitud cuando me acerco a los otros y pienso que soy yo el que tengo la razón, que mis criterios son los mejores o que el otro no tiene nada que enseñarme en tal o cual punto de la vida o del conocimiento. Personalmente creo que en la vida, en el amor y en la fe siempre somos aprendices.

Para poder crecer en la fe tengo que querer caminar, moverme, dejar mis convicciones antiguas y atreverme a tener unas nuevas, es la misma actitud que Jesús pide a Nicodemo, tienes que estar dispuesto a nacer de nuevo, a que Dios te cambie tus convicciones, a que te de nuevos criterios para ver la realidad.

Por esto tú, Jesús, le presentas a los saduceos otra lógica, les presentas una forma nueva de interpretar las escrituras, les enseñas un Dios de la vida, que desea que los seres humanos vivamos con él, que es mucho más que nuestra realidad terrena, que quiere enseñarnos un amor que vaya más allá de nuestros vínculos sanguíneos, afectivos o jurídicos. Quieres que descubramos el verdadero tesoro de la fe, el verdadero tesoro de la gracia de Dios que nos hace amar más allá de nuestros límites.

Hoy también Pablo invita a Timoteo, en la primera lectura, a que no se avergüence del evangelio, del mensaje que tiene que dar y que reavive el carisma y la misión que le ha sido confiada.  Esta es la misma invitación que nos hace Dios en este día: no te avergüences de tu fe, no tengas reparo de creer en mí, sigue a tu corazón y profundiza más en tu fe; no creas sólo por tradicionalismo atrévete a ir más allá, cree con tu mente y con el corazón también.

Cuando dice que reavive el carisma es que ponga más empeño en vivir mejor lo que Dios le pide, en no vivirlo automáticamente o sólo por cumplir. Aquí yo siento una llamada para todos nosotros, a poder profundizar en nuestra fe, en los ritos que celebramos que no sean mecánicos, en las cosas que creemos que no sea porque las repetimos y no tienen contenido ni experiencia personal. La verdadera fe debe estar llena de experiencias, de razones personales y razones lógicas por las cuales creer y por las cuales vivir.

Pidámosle al Señor que él mismo sea nuestro maestro y que nos de la diligencia para buscar formar nuestra mente y nos dé el ánimo para buscar cada día una experiencia de cercanía y encuentro con él.  

lunes, 4 de junio de 2012

TODO LO MÍO ES TUYO



Hoy hemos hecho retiro en Loeches, como todos los lunes, y se nos invitaba a poder vivir con el Espíritu Santo todas las cosas, todo lo que se nos avecina en este mes; para nosotros los exámenes, final de semestre y un verano muy movido, para otros cosas distintas pero igual de desafiantes y llenas de incertidumbre. Lo importante es intentar descubrir lo que quiere Dios de mí en estas situaciones, cómo él desea que yo las viva.

En las lecturas de hoy me llama la atención la carta de Pedro porque es una invitación a eso mismo, a vivir de una manera distinta los acontecimientos de nuestra vida, con más cuidado interior, con más amor hacia nosotros mismos y hacia los hermanos, una llamada a intensificar nuestra fe: poned mayor empeño en añadir a vuestra fe la virtud… Lo más interesante es que las virtudes se añaden es por el cuidado de nuestra vocación, es por el cuidado de hacer lo que Dios quiere con nuestras vidas, por el cuidado de llevar a cabo la misión que él nos confía: por tanto hermanos, poned el mayor empeño en afianzar vuestra vocación y vuestra elección. Obrando así nunca caeréis.

Me gusta también que dice: vuestra vocación y elección, que significa no sólo el don que Dios me ha regalado, lo que Dios me ha pedido sino la elección que yo he hecho, la elección que cada uno hemos hecho por amar… en el matrimonio, con los hijos, con la vida consagrada, con nuestros padres, en mi trabajo, en fin lo que a cada uno Dios le pida amar.

Por esto es muy importante que descubra lo que Dios me pide y cómo amar estas realidades que él me ha regalado, las que él me ha puesto para sacar amor de mí, pero recordando que no me abandona sino que me enseña a vivir mi vocación en esta situación.

Nos recuerda también que en lo que Dios nos pone en nuestras manos, es él el dueño, en realidad somos administradores y debemos hacer nuestro trabajo amando a mucho a nuestro Señor y no verlo como un jefe sino como un Padre, no buscando cubrir nuestras necesidades, no buscándonos a nosotros mismos sino buscando amar a nuestro Padre que es muy bueno.

Es lo que muestra la parábola del evangelio de hoy unos administradores inconscientes, que no conocían al dueño de la vid, que quisieron apoderarse de ella, para hacer lo que les diera la gana con ella. Quizás el mundo esté mal porque hemos olvidado que el dueño de todo es el Señor, el dueño del mundo, el dueño de la vida, de nuestros seres queridos, el dueño de los talentos que tenemos, de las cosas materiales que hemos conseguido por “nuestro esfuerzo” y que en lugar de situarnos en la exigencia y la eficacia debemos situarnos en el agradecimiento y en el amor porque este dueño ha confiando todo en nuestras manos y desea que demos frutos buenos.

Quizás si tenemos esta conciencia podremos ser más solidarios, más caritativos, y cuando se nos presente Cristo en forma de un hermano cualquiera seamos menos duros con él y podremos amarle tal como nos ha amado el dueño de la vid, al poner en nuestras manos algo tan grande como la vida misma de nuestros semejantes.

Señor ayúdanos a reconocer la confianza que tienes con nuestras vidas. 

jueves, 31 de mayo de 2012

¡FELIZ PORQUE HAS CREÍDO!


Hoy celebramos la fiesta de la visita de María a su prima Isabel, se le llama la fiesta de la visitación. En el evangelio de hoy cuenta ese episodio de María viajando para visitar a su prima y cuando las dos se encuentran Isabel recibe el Espíritu Santo.  
De este episodio me llama la atención varias cosas, la primera es la valentía de María para viajar en esa situación, no sólo porque estuviera embaraza sino también por las condiciones adversas en las que ocurrió el embarazo, si fuera más prudente se hubiese quedado, no se hubiese ido tanto tiempo con Isabel. Ella obedeció al Espíritu Santo por encima de sus miedos, de sus inseguridades, de lo que iba a pasar con José.
María entonces es una mujer muy misionera porque ha ido a trasmitir el Espíritu Santo a su prima, ha ido a contarle su experiencia con Dios, ha ido a acompañarla a pesar de sus condiciones tan poco ideales. Esta mujer tiene una confianza muy grande en Dios.
Otro punto que me llama la atención es el encuentro de dos mujeres que se dejan guiar por Dios, que están bendecidas por él, que él las engrandeció, Isabel seguro había orado mucho por quedar embarazada y ahora Dios le estaba confirmando, con María, que él había actuado, que no la había abandonado.  Ahora Isabel apoyará a María dándole confianza en que Dios no la abandonará con este niño mesías.
Estas mujeres están felices, están llenas de gozo porque experimentan que Dios está con ellas, que no las abandona, porque han creído en su Palabra, porque las dos han obedecido y seguido los impulsos del Espíritu Santo. Me gusta eso que las dos están gritando de alegría porque se encuentran llenas del Espíritu Santo.
Hoy podemos pedir a Dios que nos regale la confianza y la valentía de estas mujeres, la confianza para creer en Dios a pesar de las evidencias y la valentía para atrevernos a hacer su voluntad, aunque eso nos traiga dificultades.
Otra cosa que podemos pedir es la sencillez porque las dos son muy sencillas, muy humildes, ellas saben y se reconocen como nada ante Dios, saben que son unas simples mujeres campesinas y que Dios no les debe nada, aún así ha querido contar con ellas para sus planes, por eso están tan alegres, por eso escuchan al Espíritu Santo porque reconocen que necesitan su guía, sus palabras.
Que cada día podamos decir como María: He aquí la esclava del Señor, hágase en mí según  tu Palabra. También como Isabel: ¿Quién soy yo para que me visite la madre de mi Señor? Es decir que reconozcamos nuestra pequeñez ante los planes de Dios, que reconozcamos que es él quien debe llevar nuestras vidas y le dejemos actuar.
Señor que podamos ser felices porque creemos en tu palabra y confiamos en ti, que se pueda decir de cada uno de nosotros: Feliz tú porque has creído en las promesas del Señor

miércoles, 30 de mayo de 2012

¡AMA CON UN CORAZÓN PURO!



Hoy Jesús tiene un episodio con los discípulos de estos preparativos para la pasión, son situaciones donde hay tensión y los discípulos no saben cómo reaccionar, una respuesta típica que tenemos los hombres cuando el sufrimiento se aproxima hacemos que no va a pasar nada.  

Ellos desvían el tema y sacan otra vez las pretensiones que tienen de un Mesías guerrero que someta al poder invasor a la fuerza; ellos te habían visto, Señor, obrar milagros, sabían que tenías poder, pues ese mismo poder esperan que lo uses en contra de los malos para oprimirlos y eliminarlos.

Sin embargo, Jesús, les enseñas algo súper importante que no son unos tiranos, que no pueden pagar con la misma moneda de opresión y abuso…el que quiera ser grande que sea vuestro servidor y el que quiera ser el primero que sea esclavo de todos. Qué duro golpe para la ambición, tú enseñas la primacía del servicio, del amor, la grandeza de la humildad, de la sencillez. Es que tú mismo vienes a dar la vida por nosotros ¿Cómo hemos de pretender un camino diferente?

Nos pasa, Señor, que nos queremos quitar las dificultades, sacudir los problemas, aplastar aquellos que nos hacen sufrir, apartar de en medio a los que se oponen a nosotros. Tú nos invitas a amar y a servir en esta situación, nos invitas a cambiar de conducta radicalmente. Nos invitas a mirar a los otros, las situaciones, desde tus ojos, desde la mirada de Dios. ¡Qué difícil es esto de ser cristiano, Jesús! Pero me anima que tú lo des todo, lo has dado todo para rescatarme del orgullo, del egoísmo, del querer devolver mal por mal; tal como lo dice la primera lectura: habéis sido rescatados… con una sangre preciosa, como la del cordero sin tacha y sin mancha,  Cristo.

Además, como sigue diciendo la primera lectura, con tu Palabra vas purificando nuestros corazones para que seamos capaces de amar a nuestros hermanos limpiamente, para que seamos capaces de llegar a estas pruebas de amor, en donde no agredamos sino que seamos unos instrumentos de tu paz.
Amaos los unos a los otros, con un corazón puro, pues habéis sido reengendrados de un germen no corruptible, sino incorruptible, por medio de la Palabra de Dios viva y permanente.

Ayúdanos Señor a mantener una amistad contigo, a no dejarte ni alejarnos por otras cosas de ti, para que puedas seguir trabajando en nuestro corazón, para que puedas seguir haciendo de nosotros unas personas que puedan amar realmente, que puedan imitarte en el amor tal como tú lo quieres.

Espíritu Santo ayúdanos a seguir tu voz, enséñanos a conducir nuestras vidas con Jesús.   

lunes, 28 de mayo de 2012

¡QUIERO QUE SEAMOS AMIGOS!



Este fin de semana la Iglesia celebró la fiesta del Espíritu Santo, el día de Pentecostés. Se celebra el nacimiento de la Iglesia, el anuncio de los primeros discípulos de Jesús; la fuerza y el amor de Dios estaba con los discípulos y ellos comenzaron a hacer y enseñar lo que Jesús les encargó; así que desde aquí empezó a formarse esta comunidad de fe.

El Espíritu Santo cumple los deseos de Jesús, los deseos que durante toda la semana pasada fuimos meditando, deseos de unidad, de continuidad, de permanencia, de amor. Es el Espíritu que lleva acabo esto en los discípulos, se une la fuerza y el amor de Dios con la disponibilidad de los primeros seguidores de Jesús.

Ahora comenzamos el tiempo normal, es decir sin ninguna fiesta grande en especial, ahora somos nosotros esos seguidores de Jesús, que en nuestra vida cotidiana, cumpliremos los deseos que Él tiene con nuestras vidas.  

El primer deseo que Jesús tiene es que le sigamos en lo cotidiano, que dejemos atrás aquello que nos aleja de su voz, lo que nos aleja de las insinuaciones del Espíritu en nuestro corazón. Tal como le dice al joven rico en la primera lectura: anda, vende lo que tienes, dale el dinero a los pobres, así tendrás un tesoro en el cielo, y luego sígueme. Esto es muy fuerte de digerir, uno dice ¿cómo le pides eso Jesús?, pero en realidad le pide que deje aquello que más valora, lo que en su vida es un dios, un ídolo, el dinero.

Hoy Jesús nos pide lo mismo: no endioses a una cosa o a una persona, el único Dios soy yo, soy la única persona que soy Dios, soy la única que merece el centro de tu corazón, lo más íntimo de ti, lo más auténtico de tu vida.

Este tiempo es sobre todo para cultivar la amistad con el Espíritu Santo, con Jesús, para aprender a seguirle y a dejar las cosas que nos roban el corazón, solamente así tendremos una herencia en el cielo, la herencia de su amor, de la amistad con él, de una vida guiada por el Espíritu, de una vida que se siente sostenida en las dificultades.

Te pedimos Madre a ti que supiste ser amiga del Espíritu Santo, que supiste poner su voz por encima de otras cosas, enséñanos a escuchar su voz, enséñanos a ser valientes para hacer su voluntad y a no dejarnos llevar por nuestras comodidades, nuestros deseos egoístas, nuestras ganas de ser el centro del mundo.
Gracias Jesús, gracias Espíritu Santo por apostar tanto por nuestras vidas.

jueves, 24 de mayo de 2012

TE PIDO POR LOS QUE CREERÁN EN MÍ



Jesús sabe que su obra va a continuar con estos hombres, él sabe que de alguna manera ellos seguirán anunciando y haciendo sus prodigios y esto se extenderá y llegará a muchos. Hoy se hace palpable cómo él pide por todos, por los discípulos que están con él y por los que vendrán en el futuro, hoy sigue pidiendo por nosotros: no te ruego sólo por ellos, sino también por los que creerán en mí por la palabra de ellos, para que todos sean uno, como tú, Padre, en mí y yo en ti, que ellos también lo sean en nosotros.

Pides Jesús por nuestra unidad contigo, por nuestra relación, unirnos a ti, a los primeros apóstoles, a toda la Iglesia. Esto lo expresas claramente quieres que estemos muy cerca de ti, del Padre, de todos los que creen en ti; en este mundo donde vamos creando divisiones por diferentes nacionalidades, realidades económicas, raciales, religiosas, donde tenemos la apariencia de ser muy globalizados y unitarios en realidad dejamos que se imponga un sólo estilo de vida y una sola forma de pensar. Cuando tú, Jesús, quieres que nos una el mismo amor, la misma fe, el mismo deseo de ser hermanos, no que nos unan las armas, el dinero o el autoritarismo.

Jesús, en esta realidad la misión de cada uno de nosotros es muy importante, la misión de cada cristiano es ser tus continuadores, pides también por esta cadena de testigos que vienen desde aquellos primeros hombres y mujeres que vivieron contigo, y además por aquellos que van a creer también por nuestras palabras.

Quieres, Señor, continuar la misión de dar a conocer al Padre a través de nuestra vida, quieres seguir difundiendo tu amor en el mundo a través de nosotros ¡Qué fuerte!: les he dado a conocer y les daré a conocer tu Nombre, para que el amor que me tenías esté en ellos, como yo también estoy en ellos. Este amor del que hablas es el que ya nos estás dando y esta obra de dar a conocer el Nombre de Dios es la obra que quieres seguir haciendo con nuestra vida; gracias por contar con nosotros aunque seamos limitados.  

La promesa que hace Jesús al Padre se ve cómo se cumple en Pablo, en la primera lectura, está dando testimonio de Jesús en una situación crítica pero aún así sigue haciéndolo con toda la fuerza. En este libro de los hechos de los apóstoles vemos cómo una comunidad va siendo impulsada por el Espíritu para dar la Palabra de Dios a todos, creando unas nuevas formas sociales, una nueva forma de relación, creando una nueva familia, una familia de Dios, que era el deseo de Jesús.

Pidamos al Señor que nos regale poder ser sus instrumentos de amor, de unidad, de paz, de trasmisión de su Palabra. Que podamos creer que, a pesar de nuestro pecado y debilidad, él puede sacar de nosotros unos nuevos apóstoles, unos nuevos cristianos que compartan la alegría del Espíritu Santo con los que conviven. 

miércoles, 23 de mayo de 2012

¡PADRE, QUE SEAN UNO!



En el evangelio del día de hoy Jesús se encuentra orando por sus discípulos al Padre, son todos estos discursos de despedida antes de la pasión y resurrección.

Me llama la atención por las cosas que Jesús pide para sus discípulos, primero pide que los guarde para que sean uno como él y el Padre son uno. Esto me gusta porque si lo aplicamos a nosotros también Jesús ora por nosotros, por cada uno de los cristianos y esto es muy bonito porque Jesús desea que estemos protegidos por Dios, protegidos del mal. Esto ¿qué significa? Pues yo creo que significa que no nos dejemos llevar por el mal, que no nos dejemos arrastrar por los criterios egoístas, económicos o hedonistas que rigen este mundo; que podamos vivir en unión con Dios con los criterios de amor, de generosidad, de ayuda a los otros; lo mejor es que Jesús no exige esto a los discípulos, él lo pide al Padre, por tanto nos enseña qué hacer ante nuestra debilidad para dejar de ser egoístas, hedonistas, sectarios… Debemos pedir al Padre el don de su amor, de su unidad.

                Tú Jesús le pides al Padre que nos guarde del mal, pero también le dices: Conságralos en la verdad; tu Palabra es verdad… Esta es otra petición que me llama la atención pides que todos seamos consagrados y podemos pensar que esto sólo pides esto para los curas y las monjas sin embargo hablas de manera general, pides por todos los cristianos y  hablas de una consagración a la verdad de la Palabra, una consagración del corazón.

La Palabra es el centro de nuestra religión de nuestra fe, no las Palabras en sí mismas sino la vida que trasmiten y que cuentan, a través de la Palabra Dios se dirige a nuestros corazones y nos da a entender lo que desea de cada uno, a través de la Palabra él nos guía a la verdad completa… Es la Palabra de Dios Padre, es Jesús que nos la enseña y la vive, y es el Espíritu Santo que nos la hace comprender y nos guía a la verdad desde el interior de nuestro corazón.

Es por ello que en la Palabra Dios actúa en nosotros y nos invita a poder ser parte de esta misión, a entregarle nuestro corazón en esta misión de guiar a los hombres a conocerle en su Palabra, a poder dialogar con él, tener una relación cercana con Dios.

Colaborarle a Dios en esto podemos hacerlo cualquiera que lo ame y crea en él, pero la primera tarea que tenemos es dejarnos conducir por su Palabra, entregarle primero nuestro corazón, que lo más sagrado de nosotros mismos no se lo entreguemos a cualquier cosa, a cualquier afición, a cualquier realidad, que lo reservemos para Dios, para su Palabra es esto lo que significa la consagración, y una vez más es el Padre quien nos consagra los corazones, quien hace que vayamos hacia él y no hacia las otras cosas, a veces, más atractivas pero más vacías.   

Unámonos a Jesús hoy entonces en su oración por nosotros y por aquellos que tenemos cerca, por aquellos que amamos y por aquellos que no tanto, pidamos por todos los cristianos, de todas las confesiones, para que aprendamos a entregar nuestro corazón  a Dios, a la verdad, a la Palabra que recibimos de él. Pidamos para que sepamos refugiarnos en el Padre tal como lo hacía Jesús y en cualquier situación saber que él es bueno y que quiere nuestro bien que no nos dejará abandonados.

lunes, 21 de mayo de 2012

EN MÍ ENCONTRARÁS LA PAZ



En el evangelio de hoy se ve cómo Jesús conoce a sus discípulos, me gusta porque después que ellos le han dicho que ahora sí estaban seguros, que ahora sí creían en él, que ahora sí tenían claras sus enseñanzas; él les dice: ¿Ahora creéis?... está por llegar la hora, mejor, ya ha llegado en que os disperséis cada cual por su lado y a mí me dejéis solo. Pero no estoy solo, porque está conmigo el Padre. Me gusta porque Jesús conoce la debilidad que hay en sus discípulos, sabe que aunque le digan que ya lo tienen todo claro en realidad les falta mucho camino.
Cuando Jesús dice esto a sus discípulos nos lo dice a nosotros, él conoce que nuestra flaqueza es grande y que nuestra mente va más rápido que nuestra voluntad, sabe que no somos de mármol, de hierro, sino que somos de barro, pero aún así nos amas, nos quieres y sigues apostando por nosotros, y él nos lo dice para que no nos juzguemos con dureza cuando caigamos, para que no nos descartemos cuando cometamos un error, ni caigamos en el pesimismo.

Él nos dice: Os he hablado esto, para que encontréis paz en mí. ¡Qué bueno esto! Que ya conoces la madera de la que estamos hechos, que ya sabes que nuestros “sí” y “no” a veces no son muy definitivos o muy coherentes, ya sabes que nuestros ánimos no son muy estables pues venimos de un mundo inestable. Por eso en ti encontramos una mano amorosa que nos sostiene y que nos invita a llegar hasta el final… En nuestro proyecto vocacional, en nuestras luchas cotidianas para amar y ser coherentes en la fe, en la lucha por compartir a otros la fe cuando nadie quiere oír hablar de ti o cuando muchos pierden la esperanza.

Encontramos la paz, encontramos un soporte para luchar porque tú nos dices: en el mundo tendréis luchas; pero tened valor: yo he vencido al mundo. Por eso puedes ser nuestro pilar, la piedra en la que nos apoyemos para que no nos arrastre la corriente, es que tú has vencido, nos has enseñado cómo luchar contra el mal, cómo dejarte llevar por el bien. Has luchado uniéndote al Padre, dejándote guiar por el Espíritu, teniendo como norma al amor a los demás.

Jesús enséñame a poder abrir mi corazón y no querer retener mis esquemas de pensamiento, a no querer controlarlo todo, a no poner los ojos solamente en lo que puedo hacer sino a fijarme en ti, en tu forma de vivir, a fijarme en las llamadas que el Padre me hace al corazón, en los impulsos que el Espíritu Santo me da para amar.

Solamente de esta manera podremos encontrar la paz, la paz del corazón, el amor, el amor verdadero y la felicidad, la felicidad de amar a los demás. 

jueves, 17 de mayo de 2012

TÚ TRISTEZA SE CONVERTIRÁ EN ALEGRÍA



Jesús está prometiendo hoy la venida del Espíritu Santo, estás dándoles esperanza a los discípulos para que soporten la prueba tan grande que les va a venir: tu muerte; tú mismo estarás sometido a una prueba muy fuerte.

Sin esta prueba no era posible que llegara la resurrección y el Espíritu Santo, los discípulos no lo comprendían y no lo aceptaban; a nosotros nos pasa igual ante los momentos de dificultad, ante la cruz queremos huir, no nos gusta sufrir, a nadie le gusta tener problemas.

Tú nos enseñas lo que hay al final del camino, lo que significa vivir las pruebas con el amor del Padre, nos ayudas a no dejarnos llevar por el mal, a poder mantenernos firmes en el amor y en la fe. Tú ante la prueba no pensaste sólo en ti mismo, preguntaste al Padre qué quería y eso hiciste. No te dejaste llevar por el miedo, ni por el egoísmo, ni la comodidad, ni el individualismo.

Necesito asumir mi vida con todo lo que trae de problemas y de dificultades sino no podré experimentar la verdadera alegría de la vida… tal como le dices a los discípulos Jesús: pero vuestra tristeza se convertirá en alegría ¿Cómo es posible que esto ocurra? Ocurre por tu resurrección, por tu Espíritu Santo, vosotros sois la fuente de nuestra alegría, eres tú Jesús, eres tú Espíritu Santo los que sois capaces de darnos amor para vivir las dificultades de manera diferente, los que nos ayudáis a soportar cuando ya no tenemos fuerzas.

Que podamos Señor pasar de la desconfianza a la confianza, de la duda a la fe, de la queja a la generosidad, del hastío a la ilusión y de la tristeza al gozo, que podamos dejar que tú nos cambies con tus Palabras, con tu Amor, con tu Espíritu Santo que viene a nuestro corazón en cada oración.

Por eso pidamos al Espíritu que venga a nuestra vida, que podamos acogerle y que nos dé el deseo de compartir la fe con los demás, con los que están tristes, los que están solos, aquellos que sufren y es que el amor del Señor es una energía más fuerte que la bomba atómica, por eso con esta energía reavivemos este mundo.

San Pablo en la primera lectura lo tiene muy claro, él quiere compartir esto con todo el mundo, ofrecer la posibilidad de que la gente pueda creer y recibir el Espíritu Santo para que vivan de manera distinta, hay muchos que no le aceptan pero eso no le desanima. Nosotros también podemos compartir a otros nuestra fe, no nos cerremos a los que necesitan escuchar una palabra de aliento, aunque ellos no sepan que en Dios están todas sus búsquedas.
   

miércoles, 16 de mayo de 2012

OBSERVA A TU ALREDEDOR



Jesús continúa hablando, en el evangelio, sobre el Espíritu Santo, aquel que completará su obra que nos llevará hasta el final en este camino de fe que hemos emprendido.

Me gusta dos cosas que menciona, primero los discípulos no son capaces de comprender todo lo que él les da sin ayuda del Espíritu Santo, lo otro es que este Espíritu será guía para ellos hasta la verdad completa. La primera cuestión me parece interesante porque el comprender a Jesús, el seguirle por los caminos que nos propone supone que nos fortalezca desde dentro, supone que nos de su mismo Espíritu, no se trata de sólo un esfuerzo personal o que mantengamos las tradiciones y costumbres se trata de apertura, de recibir el don de Dios.

Es muy importante que nos demos cuenta de lo que hemos recibido, de lo que Dios nos ha regalado y de lo que continúa regalándonos en nuestra vida, porque cada cosa que me pasa, cada persona con la que nos encontramos puede ser un don de Dios para descubrir su amor en medio de lo que estoy viviendo, puede ser entonces una ayuda para mi camino de fe. Abrirme a la posibilidad de que mi realidad, mis circunstancias, las otras personas, todo este conjunto está tocado por Dios, está sostenido por él.

Lo otro es que el Espíritu Santo es guía hacia la verdad completa, en nuestra vida tenemos un proceso de ir descubriendo y afianzando más nuestra fe, las experiencias, las personas, los lugares que nos han hecho avanzar y dar pasos en la fe son todos colocados por Dios, que nos guía hacia la verdad de nuestra fe, que nos guía cada vez más hacia su cercanía. Es verdad que hay muchos momentos en que retrocedemos, en que confiamos menos, hay momentos que no vemos a Dios por ningún lado y parece como si fuera más fácil no tener fe que tenerla. Pero en esas inquietudes interiores, incluso en nuestro pecado, Dios habla, Dios se manifiesta y nos hace ver esas situaciones de manera distinta.

Qué bueno que le descubramos, que no dejemos pasar las oportunidades y no nos cerremos a nuestras inquietudes profundas, como los atenienses, en la primera lectura, que eran hombres muy inquietos para descubrir a Dios y cuando Pablo expone en el areópago la nueva fe sobre Jesús muchos se burlan y se cierran, no pueden con eso, no abren su corazón a la posibilidad de que puede ser cierto lo que este hombre les dice, por lo que no reciben el Espíritu Santo.

Cuando no recibimos el Espíritu Santo nos quedamos a medias en nuestra búsqueda de la verdad, es decir, en nuestra búsqueda de la fe, en la búsqueda de nuestra felicidad.
Pidámosle al Señor que nos enseñe a mirar con los ojos atentos nuestra realidad, nuestra vida, a descubrir en dónde nos está buscando y a no desaprovechar oportunidades de encuentro con él, que aprendamos a observarle a nuestro alrededor.

Dejémonos guiar por el Espíritu Santo que usa canales sencillos, cotidianos y humildes para acercarnos al Amor del Padre, para acercarnos a Jesús, para ayudarnos a Amar como Dios quiere.    

lunes, 14 de mayo de 2012

RECONOCE EL AMOR QUE HAY EN TI



Hoy una vez más Jesús nos habla de permanecer en el amor de él y de su Padre; el amor de ellos es el que nos garantiza nuestra felicidad, es la base sobre la cual podemos construir nuestra vida. Esto puede parecernos utópico o muy espiritualizado y sí es muy espiritual y se necesita de mucha fe para creer que esto es posible pero hoy el Señor nos anima…

Nos dice hoy en la lectura No sois vosotros los que me habéis elegido, soy yo quien os he elegido y os he destinado para que vayáis y deis fruto, y vuestro fruto dure. Es decir no es con mis fuerzas, no es a base de esfuerzo personal porque no es una empresa mía, no es sólo un proyecto humano esto de amar y ser feliz, es un proyecto de Dios, es el destino que nos invita a vivir… Amarle a él y a nuestros hermanos tal como amó Jesús.

Entonces puedo caminar confiado porque él mismo me ayudará, él mismo se compromete a que salga bien mi vida y no se malogre; lo que debemos hacer cada uno es colaborarle, abrirnos a su amor para que nos transforme, para que empape nuestro corazón y pueda brotar la semilla de amor, de solidaridad, de paz, de acogida, de fraternidad que hay en nuestro corazón… pero sin su amor es imposible llegar a amar y ser feliz, es imposible aspirar a un mundo mejor.

Él mismo nos lo dice: De modo que lo que pidáis a mi Padre en mi nombre os lo dé. Esto significa que Jesús nos garantiza una fuente de energía, de esperanza, de motivación para poder vivir y hacer las cosas que él me pide, hacer las cosas como debo para llegar a ser feliz. No significa que Dios está dispuesto a darnos lo que sea que le pidamos, eso lo sabemos, significa que nos dará las fuerzas y el apoyo necesario para que lleguemos a hacer algo: AMAR.

El compromiso de Dios es para que lleguemos a ser felices y sólo lo somos si amamos, por eso él hace todo lo posible por desterrar el orgullo y el egoísmo de mi corazón que son los primeros enemigos del amor verdadero.  Hace lo que sea para que nos demos cuenta que no estamos solos porque él está a nuestro lado siempre, hace lo que sea para que descubramos que la vía para dejarnos amar por él es abandonarnos en sus manos.
Pidámosle a María en este mes de la Virgen que nos enseñe a amar a Dios, que nos enseñe a reconocer todos los dones y regalos que él nos da y nos ha dado, que nos enseñe a darnos cuenta del gran amor que Dios nos tiene; creo que es el primer paso para dejarnos amar y comenzar a vivir con Dios: reconocer que él nos ha amado mucho, reconocer cuantas cosas ha hecho por nuestra vida, para que amemos.
Después de estar agradecidos con Dios será cuando podremos empezar a amarle, cuando queramos empezar a dejarnos llevar por su amor, porque sabremos que él en realidad es bueno; tal como lo hizo María.

jueves, 10 de mayo de 2012

MI AMOR ES LO QUE NECESITAS



Hoy la invitación que nos hace Jesús me gusta muchísimo, nos invita a permanecer en su amor, que podamos tener un soporte de vida estable y fuerte; otro secreto en medio de un mundo tan tambaleante, es esta permanencia en su amor.

Cuando nos sentimos cansados de la rutina o si nos sentimos que todo lo que se hacemos nos incomoda o nos intranquiliza, o muchas veces sentimos que algo nos falta y nos incomoda y no sabemos qué es. La respuesta nos la da Jesús hoy… Te hace falta mi amor, te hace falta permanecer en mi amor.
No es suficiente una experiencia pasada, no vale el amor que haya recibido en un momento de mi vida, cada día debo optar por ti, dejarme amar por ti y amarte cada día. Cada día permanecer en tu amor, en tus Palabras, intentando seguir lo que quieres para mí, intentando cada día hacer tu voluntad, intentando descubrirla y ponerla en práctica.

Tú lo haces Jesús, eres capaz de vivir con tu Padre cada día, eres capaz de cada día disponerte y levantarte para descubrir su voluntad. Lo mismo que yo he guardado los mandamientos de mi Padre y permanezco en su amor, eso es lo que nos enseñas dejar que Dios se inmiscuya en mi vida, en mis planes, incluso dejar que sea él que los lleve, hasta el punto que no sean mis planes sino los de él.
Eso no es perder libertad es ganarme a mí mismo, salir de mi egoísmo y abrirme al amor, porque Dios quiere que sea un ser que ame a los demás con todo mi corazón, con toda mi vida, él quiere enseñarme el camino correcto del amor, uno en el que no me utilicen y en el cual yo no utilice a los demás sino que nos haga crecer a todos.

La causa máxima de la alegría, de la felicidad, del sentido para vivir es ése, el secreto de Jesús es éste y nos lo deja muy claro: Os he hablado de esto para que mi alegría esté en vosotros, y vuestra alegría llegue a plenitud. La alegría plena es ésta, compartir nuestra vida con Dios, llevar a cabo sus planes y que lleguemos a tener un proyecto juntos.  

Es lo que vemos en la primera lectura cómo los discípulos van buscando, discutiendo y descubriendo juntos la voluntad de Dios sobre sus vidas, ellos quieren hacer lo que el Espíritu Santo les da a entender y no se cierran a sus planes y a sus comodidades.
Pidámosle a Jesús que nos ayude a tener esta apertura a la Palabra y al querer de Dios y pidámosle al Espíritu Santo que nos de la fuerza para ayudar al Padre a llevar a cabo su proyecto con nuestras vidas y la vida de nuestros hermanos.

martes, 8 de mayo de 2012

CON MI PAZ EN TU CORAZÓN



Hoy el Señor nos regala la paz, como dice en el evangelio de hoy, la paz del corazón, algo tan necesario en medio de un mundo tan confuso e inestable. La paz interior es un bien que no se consigue fácilmente y que cuesta conservarlo, y es que lo de afuera nos afecta excesivamente por dentro. Aquí es España la intranquilidad y el nerviosismo están a la orden del día porque no sabemos qué va a pasar con la economía, los despidos, los trabajos, las empresas, cada vez más gente se queda sin trabajo y nadie puede dar por seguro su empleo, se pierden las seguridades económicas a las que se estaban acostumbrados y por eso la gente está muy intranquila.

En Venezuela y en otros países la inseguridad es más radical, porque llega a niveles de inseguridad física, la gente no sabe si por un delincuente va a morir en la calle, por eso se vive con miedo, también hay mucha incertidumbre social no se sabe qué va a pasar ahora en la política y se ha aprendido con duros golpes que la política afecta toda la vida.

Bueno en medio de estos panoramas tan desastrosos, quizá no menos que el de los discípulos después de la muerte de Jesús porque ellos también temían por sus vidas. En medio de esto Jesús se presenta y nos dice la paz os dejo, mi paz os doy. No como la del mundo que consiste en asegurar el crecimiento económico o el cese del fuego armado, el tener un futuro asegurado, estas cosas son buenas pero Dios nos quiere dar una paz más profunda.

La paz de Dios consiste en que estemos con él y que confiemos en él, la paz de Jesús consiste en que él ha cumplido su trabajo, ha vencido al mal y aunque haya un escenario muy precario y oscuro no nos podrá vencer, no nos podrá aplastar.
Señor ayúdanos a recibir tu paz, a que tu amor y tu seguridad inunden nuestro corazón, que podamos enfrentar el reto de vivir, de afrontar con paz este mundo tan cambiante e inseguro.    

lunes, 7 de mayo de 2012

SI ME AMAS GUARDARÁS MIS PALABRAS



     En este mes celebramos el día de las madres, ayer los celebramos aquí en España y el próximo domingo será en Suramérica (no sé si en toda), este mes recordamos no sólo a las madres sino también a la virgen la madre de Jesús. Recordamos a la mujer que fue capaz de decir que sí a Dios en todo momento, en los buenos y en los malos, en la tranquilidad y en la dificultad, en lo cotidiano y en lo extraordinario. María nos enseña a vivir de Dios en cualquier situación, pero ¿cuál fue su secreto?, ¿por qué era capaz de tener su esperanza puesta en Dios en situaciones tan difíciles?

     Su secreto nos lo dice Jesús en el evangelio de hoy: El que me ama guardará mi palabra, y mi Padre lo amará, y vendremos a él y haremos morada en él. El secreto de María fue guardar la Palabra de Dios en su corazón, esto no significa sólo recordar lo que dice Dios, guardar para un israelita es vivir la Palabra, creerla, compartirla y hacerla norma de vida.

    María tú guardaste a Dios dentro de tu vida, no sólo porque tuviste a Jesús en tu seno sino porque después supiste caminar con Dios en el corazón, descubriendo su voz en medio de lo que ibas viviendo, poniendo su Palabra en el centro de tu vida, allí está el secreto de tu felicidad, por eso te llaman feliz todas las generaciones. Amaste a Dios siendo fiel a lo que entendiste de él, invertiste tu vida en amarle.

     María se dejó guiar por el Espíritu Santo, acompañó a los apóstoles para que lo recibieran, ella nos puede acompañar en este camino de preparación para el pentecostés, en este camino de recibir esta fuerza, este amor que inunde nuestro corazón. María puede enseñarnos a dejarnos guiar por Dios en las situaciones más cotidianas para vivirlas con sentido, para sacar de lo ordinario algo extraordinario, para emprender nuestro camino interior para que seamos una casa de Dios como ella, como nos dice Jesús, estaremos habitados por Dios.

     Es muy importante vivir con sentido mi vida cotidiana porque sino la mediocridad se apodera de nosotros y buscamos el gozo y la alegría en lo superfluo, en lo externo, cuando el gozo y la alegría verdadera vienen de dentro. Vienen de poder vivir en compañía, compañía de un Dios que me hace abrir las puertas a los demás, que me guía hacia la comunión, hacia el amor a los que tengo alrededor.
María es madre porque nos enseña la verdadera comunión con Dios, cómo podemos dejarnos acompañar por él y descubrirle presente en el ajetreo cotidiano, pidámosle eso; Madre enséñanos a vivir con Dios, a guardar su Palabra en nuestro corazón, a cuidar su presencia en nuestra vida, a leer su amor en las circunstancias y en las personas con las que me encuentro.

jueves, 3 de mayo de 2012

¡CREED EN DIOS Y CREED EN MÍ!



Hoy celebramos la fiesta de San Felipe y Santiago, apóstoles de Jesús, ellos estaban cerca del Señor, poco a poco fueron descubriendo o más bien dándose cuenta que ese hombre que les llamó la atención, que tenía mucha sabiduría, una forma nueva de ver la religión, era alguien que estaba más cerca de Dios de lo que ellos se imaginaban. Era alguien que estaba tan cerca de Dios que les mostraba sus mismos sentimientos por ellos, eso en este tiempo era muy difícil de creer y aún más creer que Jesús era el Señor, era Dios, eso era casi imposible. Por eso Jesús en el evangelio les insiste tanto para que crean en él: Creedme, yo estoy en el Padre, y el Padre en mí.

Por la fe de estos hombres ha sido trasmitida nuestra fe, en parte ellos son los responsables de que creamos en él y de que seamos cristianos. Gracias a su testimonio, gracias a la confianza que tuvieron en Dios, en sus palabras, como hablábamos ayer.

Hoy nos enfrentamos a un nuevo reto, creer en la Iglesia, creer en estas tradiciones, en la veracidad de la Palabra de Dios, hay mucha gente que le cuesta creer que la fe en Jesús ha permanecido intacta por muchos siglos, solemos pensar que la Iglesia ha manipulado cosas para tener nuestras conciencias dominadas.

Cuando pienso esto me ayuda reflexionar algo, aparte de cosas que voy aclarando con los estudios de la Biblia y de historia, me doy cuenta que la fe no es algo solamente racional. Es algo que va más allá de nuestra razón y de nuestras lógicas, la doctrina que se nos propone que Jesús es Dios y hombre, que resucitó y que está con nosotros es más difícil de concebir que me doy cuenta que no es un montaje, hubiese sido más fácil montar cosas más lógicas.

Es verdad que la Iglesia ha cometido muchos errores a nivel de política y organización en la historia, todas las Iglesias los han cometido, sin embargo me ayuda pensar que ese testimonio de la fe me llegó gracias a la Iglesia, no supiera nada de Cristo si no fuera por la Iglesia, por la gente que la forma. Ahora nosotros mismos somos parte de esta Iglesia, nosotros mismos formamos parte de esta tradición de trasmitir a los otros la fe y la experiencia de Dios.

La realidad de que Jesús está vivo, de que él está junto a nosotros, que nos acompaña y nos invita a vivir su Palabra como hizo con los primeros apóstoles, no se puede creer sino hay testigos que lo vivan, que lo anuncien, que lo crean. Los que hemos tenido una experiencia de encuentro con Dios, los que hemos vivido confirmaciones de nuestra fe es necesario que lo propaguemos para que otras personas puedan creer, para que otros también tengan la oportunidad de conocer a este Dios que quiere valerse de los hombres para darse a conocer.  

   Gracias Señor porque hoy en esta fiestas nos invitas a estar muy cerca de ti y a ser tus apóstoles, tus mensajeros que llevemos la buena noticia de tu amor por todo el mundo.

¡Créelo, eres su apóstol!