Hoy la invitación que nos hace
Jesús me gusta muchísimo, nos invita a permanecer en su amor, que podamos tener
un soporte de vida estable y fuerte; otro secreto en medio de un mundo tan
tambaleante, es esta permanencia en su amor.
Cuando nos sentimos cansados de
la rutina o si nos sentimos que todo lo que se hacemos nos incomoda o nos intranquiliza,
o muchas veces sentimos que algo nos falta y nos incomoda y no sabemos qué es. La
respuesta nos la da Jesús hoy… Te hace
falta mi amor, te hace falta permanecer en mi amor.
No es suficiente una experiencia
pasada, no vale el amor que haya recibido en un momento de mi vida, cada día
debo optar por ti, dejarme amar por ti y amarte cada día. Cada día permanecer
en tu amor, en tus Palabras, intentando seguir lo que quieres para mí,
intentando cada día hacer tu voluntad, intentando descubrirla y ponerla en
práctica.
Tú lo haces Jesús, eres capaz de
vivir con tu Padre cada día, eres capaz de cada día disponerte y levantarte
para descubrir su voluntad. Lo mismo que
yo he guardado los mandamientos de mi Padre y permanezco en su amor, eso es
lo que nos enseñas dejar que Dios se inmiscuya en mi vida, en mis planes,
incluso dejar que sea él que los lleve, hasta el punto que no sean mis planes
sino los de él.
Eso no es perder libertad es
ganarme a mí mismo, salir de mi egoísmo y abrirme al amor, porque Dios quiere
que sea un ser que ame a los demás con todo mi corazón, con toda mi vida, él
quiere enseñarme el camino correcto del amor, uno en el que no me utilicen y en
el cual yo no utilice a los demás sino que nos haga crecer a todos.
La causa máxima de la alegría,
de la felicidad, del sentido para vivir es ése, el secreto de Jesús es éste y
nos lo deja muy claro: Os he hablado de
esto para que mi alegría esté en vosotros, y vuestra alegría llegue a plenitud.
La alegría plena es ésta, compartir nuestra vida con Dios, llevar a cabo
sus planes y que lleguemos a tener un proyecto juntos.
Es lo que vemos en la primera
lectura cómo los discípulos van buscando, discutiendo y descubriendo juntos la
voluntad de Dios sobre sus vidas, ellos quieren hacer lo que el Espíritu Santo
les da a entender y no se cierran a sus planes y a sus comodidades.
Pidámosle a Jesús que nos ayude
a tener esta apertura a la Palabra y al querer de Dios y pidámosle al Espíritu
Santo que nos de la fuerza para ayudar al Padre a llevar a cabo su proyecto con
nuestras vidas y la vida de nuestros hermanos.
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