Hoy me
llama la atención algo del evangelio y es que Jesús grita, decía: el que cree en mí, no cree en mí, sino en el
que me ha enviado. Me llama la atención esto y en la oración de esta mañana
me preguntaba ¿por qué? ¿Por qué gritas Jesús en esta situación? Creo que tienes
urgencia de que la gente crea en ti. Quieres dejar en claro que si no se cree
en ti se perderán de lo más grande que les puede haber pasado: recibir a Dios mismo.
Jesús,
hoy con insistencia me aclaras la forma en que realizas tu misión, la forma en
que vives: yo no he hablado por cuenta
mía; el Padre que me envió es quien me ha ordenado lo que he de decir y cómo he
de hablar; se ve la conexión tan grande que hay entre tú y el Padre, y nos quieres
hacer conscientes en esta cita que a esa misma comunión me estás invitando, que
deseas que entremos en esa amistad contigo y con el Padre de no hacer las cosas
por nuestra cuenta sino lo que tú nos invitas a hacer.
Parece
que Jesús es un mandado del Padre y que quiere que nosotros le imitemos en eso,
en abandonar nuestra libertad, en dejar de ser nosotros mismos y hagamos lo que
él quiere porque dice: Al que oiga mis
palabras y no las cumpla yo n lo juzgo… tiene quien lo juzgue: la palabra que
yo he pronunciado; esto entonces parece asunto serio y se entiende la urgencia
que Jesús tiene al gritar, que si no vivimos según su Palabra nos condenamos.
Creo
que Dios no quiere anular nuestra persona, no quiere que renunciemos a la
libertad y el creer en él no quiere decir que me vuelva una marioneta
religiosa, más bien el Padre quiere mostrarme el camino de mi realización
plena, el camino por el cual llegaré más allá de mis expectativas, el camino
por el cual quiere sacarme de mí mismo y hacerme vivir para el amor.
La
afirmación anterior la podemos comprobar en la primera lectura con Bernabé y Saulo
que están de misión y reciben una instrucción del Espíritu Santo en la
comunidad de Antioquía, al principio esta instrucción es incómoda Separadme ya a Bernabé y a Saulo para la
obra a la que os he llamado; digo que quizás es incómoda porque Bernabé y
Saulo estaban juntos, Bernabé había protegido a Saulo, creía en su vocación
cuando muchos aún le temían por su pasado, sin embargo ahora Dios quiere que se
separen, que cosa más contradictoria pudieran pensar los apóstoles, pero no se
imaginaban la fecundidad que esto iba a tener, no se imaginaban todo lo que
Saulo, que después será Pablo, iba a hacer por el Señor. Ellos sólo se fiaron
de estas palabras.
Lo que
Jesús nos propone y el modelo que él sigue es éste mismo, fiarse de las
palabras de Señor, fiarse de las Palabras del Padre, no resolver mi vida como
yo quiera y de la forma que me apetezca, porque quizás mis proyectos son muy
buenos y legítimos pero son pequeños, son cortos comparados con los que Dios quiere
realizar y eso desde la pequeñez y la cotidianidad, como decíamos ayer. Así se
realizó la resurrección, así se realizó la evangelización, así se realizó la
vida de muchos santos.
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