Lineas para la Oración

PASOS PARA ORAR

1. LUGAR. Primero busca un lugar adecuado en silencio
2. ESCUCHA. Pide ayuda al Espíritu Santo poder escuchar. Lee el texto detenidamente, pregúntate ¿Qué dice el texto?
3. ASIMILA. Pregúntate ¿Qué quiere decir Dios en su Palabra hoy? actualizar su palabra, confrontar lo que creemos con sus valores
4. ORACIÓN. ¿Qué me parece ese mensaje qué le diría yo a Dios? exprésale tus sentimientos, dar gracias.
5. CONTEMPLACIÓN Y PRÁCTICA. Serenidad ante lo que Dios te dice, nos ayuda a ver la realidad de una manera distinta,
¿Cómo practicarías este mensaje? y atrévete a compartirlo a otros.

miércoles, 2 de mayo de 2012

LA LLAMADA DE TU VOZ



Hoy me llama la atención algo del evangelio y es que Jesús grita, decía: el que cree en mí, no cree en mí, sino en el que me ha enviado. Me llama la atención esto y en la oración de esta mañana me preguntaba ¿por qué? ¿Por qué gritas Jesús en esta situación? Creo que tienes urgencia de que la gente crea en ti. Quieres dejar en claro que si no se cree en ti se perderán de lo más grande que les puede haber pasado: recibir a Dios mismo.

Jesús, hoy con insistencia me aclaras la forma en que realizas tu misión, la forma en que vives: yo no he hablado por cuenta mía; el Padre que me envió es quien me ha ordenado lo que he de decir y cómo he de hablar; se ve la conexión tan grande que hay entre tú y el Padre, y nos quieres hacer conscientes en esta cita que a esa misma comunión me estás invitando, que deseas que entremos en esa amistad contigo y con el Padre de no hacer las cosas por nuestra cuenta sino lo que tú nos invitas a hacer.  
  
Parece que Jesús es un mandado del Padre y que quiere que nosotros le imitemos en eso, en abandonar nuestra libertad, en dejar de ser nosotros mismos y hagamos lo que él quiere porque dice: Al que oiga mis palabras y no las cumpla yo n lo juzgo… tiene quien lo juzgue: la palabra que yo he pronunciado; esto entonces parece asunto serio y se entiende la urgencia que Jesús tiene al gritar, que si no vivimos según su Palabra nos condenamos.

Creo que Dios no quiere anular nuestra persona, no quiere que renunciemos a la libertad y el creer en él no quiere decir que me vuelva una marioneta religiosa, más bien el Padre quiere mostrarme el camino de mi realización plena, el camino por el cual llegaré más allá de mis expectativas, el camino por el cual quiere sacarme de mí mismo y hacerme vivir para el amor.

La afirmación anterior la podemos comprobar en la primera lectura con Bernabé y Saulo que están de misión y reciben una instrucción del Espíritu Santo en la comunidad de Antioquía, al principio esta instrucción es incómoda Separadme ya a Bernabé y a Saulo para la obra a la que os he llamado; digo que quizás es incómoda porque Bernabé y Saulo estaban juntos, Bernabé había protegido a Saulo, creía en su vocación cuando muchos aún le temían por su pasado, sin embargo ahora Dios quiere que se separen, que cosa más contradictoria pudieran pensar los apóstoles, pero no se imaginaban la fecundidad que esto iba a tener, no se imaginaban todo lo que Saulo, que después será Pablo, iba a hacer por el Señor. Ellos sólo se fiaron de estas palabras.     

Lo que Jesús nos propone y el modelo que él sigue es éste mismo, fiarse de las palabras de Señor, fiarse de las Palabras del Padre, no resolver mi vida como yo quiera y de la forma que me apetezca, porque quizás mis proyectos son muy buenos y legítimos pero son pequeños, son cortos comparados con los que Dios quiere realizar y eso desde la pequeñez y la cotidianidad, como decíamos ayer. Así se realizó la resurrección, así se realizó la evangelización, así se realizó la vida de muchos santos.

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