Lineas para la Oración

PASOS PARA ORAR

1. LUGAR. Primero busca un lugar adecuado en silencio
2. ESCUCHA. Pide ayuda al Espíritu Santo poder escuchar. Lee el texto detenidamente, pregúntate ¿Qué dice el texto?
3. ASIMILA. Pregúntate ¿Qué quiere decir Dios en su Palabra hoy? actualizar su palabra, confrontar lo que creemos con sus valores
4. ORACIÓN. ¿Qué me parece ese mensaje qué le diría yo a Dios? exprésale tus sentimientos, dar gracias.
5. CONTEMPLACIÓN Y PRÁCTICA. Serenidad ante lo que Dios te dice, nos ayuda a ver la realidad de una manera distinta,
¿Cómo practicarías este mensaje? y atrévete a compartirlo a otros.

lunes, 21 de mayo de 2012

EN MÍ ENCONTRARÁS LA PAZ



En el evangelio de hoy se ve cómo Jesús conoce a sus discípulos, me gusta porque después que ellos le han dicho que ahora sí estaban seguros, que ahora sí creían en él, que ahora sí tenían claras sus enseñanzas; él les dice: ¿Ahora creéis?... está por llegar la hora, mejor, ya ha llegado en que os disperséis cada cual por su lado y a mí me dejéis solo. Pero no estoy solo, porque está conmigo el Padre. Me gusta porque Jesús conoce la debilidad que hay en sus discípulos, sabe que aunque le digan que ya lo tienen todo claro en realidad les falta mucho camino.
Cuando Jesús dice esto a sus discípulos nos lo dice a nosotros, él conoce que nuestra flaqueza es grande y que nuestra mente va más rápido que nuestra voluntad, sabe que no somos de mármol, de hierro, sino que somos de barro, pero aún así nos amas, nos quieres y sigues apostando por nosotros, y él nos lo dice para que no nos juzguemos con dureza cuando caigamos, para que no nos descartemos cuando cometamos un error, ni caigamos en el pesimismo.

Él nos dice: Os he hablado esto, para que encontréis paz en mí. ¡Qué bueno esto! Que ya conoces la madera de la que estamos hechos, que ya sabes que nuestros “sí” y “no” a veces no son muy definitivos o muy coherentes, ya sabes que nuestros ánimos no son muy estables pues venimos de un mundo inestable. Por eso en ti encontramos una mano amorosa que nos sostiene y que nos invita a llegar hasta el final… En nuestro proyecto vocacional, en nuestras luchas cotidianas para amar y ser coherentes en la fe, en la lucha por compartir a otros la fe cuando nadie quiere oír hablar de ti o cuando muchos pierden la esperanza.

Encontramos la paz, encontramos un soporte para luchar porque tú nos dices: en el mundo tendréis luchas; pero tened valor: yo he vencido al mundo. Por eso puedes ser nuestro pilar, la piedra en la que nos apoyemos para que no nos arrastre la corriente, es que tú has vencido, nos has enseñado cómo luchar contra el mal, cómo dejarte llevar por el bien. Has luchado uniéndote al Padre, dejándote guiar por el Espíritu, teniendo como norma al amor a los demás.

Jesús enséñame a poder abrir mi corazón y no querer retener mis esquemas de pensamiento, a no querer controlarlo todo, a no poner los ojos solamente en lo que puedo hacer sino a fijarme en ti, en tu forma de vivir, a fijarme en las llamadas que el Padre me hace al corazón, en los impulsos que el Espíritu Santo me da para amar.

Solamente de esta manera podremos encontrar la paz, la paz del corazón, el amor, el amor verdadero y la felicidad, la felicidad de amar a los demás. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario