Lineas para la Oración

PASOS PARA ORAR

1. LUGAR. Primero busca un lugar adecuado en silencio
2. ESCUCHA. Pide ayuda al Espíritu Santo poder escuchar. Lee el texto detenidamente, pregúntate ¿Qué dice el texto?
3. ASIMILA. Pregúntate ¿Qué quiere decir Dios en su Palabra hoy? actualizar su palabra, confrontar lo que creemos con sus valores
4. ORACIÓN. ¿Qué me parece ese mensaje qué le diría yo a Dios? exprésale tus sentimientos, dar gracias.
5. CONTEMPLACIÓN Y PRÁCTICA. Serenidad ante lo que Dios te dice, nos ayuda a ver la realidad de una manera distinta,
¿Cómo practicarías este mensaje? y atrévete a compartirlo a otros.

miércoles, 16 de mayo de 2012

OBSERVA A TU ALREDEDOR



Jesús continúa hablando, en el evangelio, sobre el Espíritu Santo, aquel que completará su obra que nos llevará hasta el final en este camino de fe que hemos emprendido.

Me gusta dos cosas que menciona, primero los discípulos no son capaces de comprender todo lo que él les da sin ayuda del Espíritu Santo, lo otro es que este Espíritu será guía para ellos hasta la verdad completa. La primera cuestión me parece interesante porque el comprender a Jesús, el seguirle por los caminos que nos propone supone que nos fortalezca desde dentro, supone que nos de su mismo Espíritu, no se trata de sólo un esfuerzo personal o que mantengamos las tradiciones y costumbres se trata de apertura, de recibir el don de Dios.

Es muy importante que nos demos cuenta de lo que hemos recibido, de lo que Dios nos ha regalado y de lo que continúa regalándonos en nuestra vida, porque cada cosa que me pasa, cada persona con la que nos encontramos puede ser un don de Dios para descubrir su amor en medio de lo que estoy viviendo, puede ser entonces una ayuda para mi camino de fe. Abrirme a la posibilidad de que mi realidad, mis circunstancias, las otras personas, todo este conjunto está tocado por Dios, está sostenido por él.

Lo otro es que el Espíritu Santo es guía hacia la verdad completa, en nuestra vida tenemos un proceso de ir descubriendo y afianzando más nuestra fe, las experiencias, las personas, los lugares que nos han hecho avanzar y dar pasos en la fe son todos colocados por Dios, que nos guía hacia la verdad de nuestra fe, que nos guía cada vez más hacia su cercanía. Es verdad que hay muchos momentos en que retrocedemos, en que confiamos menos, hay momentos que no vemos a Dios por ningún lado y parece como si fuera más fácil no tener fe que tenerla. Pero en esas inquietudes interiores, incluso en nuestro pecado, Dios habla, Dios se manifiesta y nos hace ver esas situaciones de manera distinta.

Qué bueno que le descubramos, que no dejemos pasar las oportunidades y no nos cerremos a nuestras inquietudes profundas, como los atenienses, en la primera lectura, que eran hombres muy inquietos para descubrir a Dios y cuando Pablo expone en el areópago la nueva fe sobre Jesús muchos se burlan y se cierran, no pueden con eso, no abren su corazón a la posibilidad de que puede ser cierto lo que este hombre les dice, por lo que no reciben el Espíritu Santo.

Cuando no recibimos el Espíritu Santo nos quedamos a medias en nuestra búsqueda de la verdad, es decir, en nuestra búsqueda de la fe, en la búsqueda de nuestra felicidad.
Pidámosle al Señor que nos enseñe a mirar con los ojos atentos nuestra realidad, nuestra vida, a descubrir en dónde nos está buscando y a no desaprovechar oportunidades de encuentro con él, que aprendamos a observarle a nuestro alrededor.

Dejémonos guiar por el Espíritu Santo que usa canales sencillos, cotidianos y humildes para acercarnos al Amor del Padre, para acercarnos a Jesús, para ayudarnos a Amar como Dios quiere.    

No hay comentarios:

Publicar un comentario