Lineas para la Oración

PASOS PARA ORAR

1. LUGAR. Primero busca un lugar adecuado en silencio
2. ESCUCHA. Pide ayuda al Espíritu Santo poder escuchar. Lee el texto detenidamente, pregúntate ¿Qué dice el texto?
3. ASIMILA. Pregúntate ¿Qué quiere decir Dios en su Palabra hoy? actualizar su palabra, confrontar lo que creemos con sus valores
4. ORACIÓN. ¿Qué me parece ese mensaje qué le diría yo a Dios? exprésale tus sentimientos, dar gracias.
5. CONTEMPLACIÓN Y PRÁCTICA. Serenidad ante lo que Dios te dice, nos ayuda a ver la realidad de una manera distinta,
¿Cómo practicarías este mensaje? y atrévete a compartirlo a otros.

martes, 1 de mayo de 2012

ÉL EXALTÓ A LOS HUMILDES



Hoy celebramos el día de San José obrero, el día del trabajo o trabajador a nivel civil. Hoy celebramos la sencillez y la cotidianidad de José el padre de Jesús, que era una especie de albañil, un carpintero que hacía más cosas, quizás el hombre curraba (chambeaba) bastante.  Jesús se ve que salió igual de trabajador pero con una sabiduría y unos prodigios que no eran propios de un carpintero.

      La gente se sorprendía y se preguntaba ¿De dónde saca Jesús toda esa sabiduría y esos milagros? Ellos conocían todas las referencias de él, el nombre de su madre, el de su padre y el de sus hermanos, seguramente alguno le había visto de pequeño jugando con uno de sus hijos, quizás alguno había sido compañero o compañera de Jesús en la juventud. 

                  Me llama la atención esta oposición que surge y la interpretación que hace Jesús solo en su tierra y en su casa desprecian a un profeta, me parece interesante porque creo que detrás del rechazo se esconde un sentimiento humano muy común el orgullo y la envidia. Creo que se disfraza la actitud de ¿Por qué éste sí y yo no? ¿Por qué el hijo de María y mi hijo no? ¿Por qué el hermano de Santiago y no mi hermano? También pudieron pensar ¿Por qué Dios se va a fijar en uno como nosotros? Si no es nadie. Se desprecia que Dios pueda manifestarse en lo cotidiano, hablarnos desde uno de los nuestros, desde lo sencillo.

                Muchas personas condicionan la fe en Dios porque les pase algo extraordinario porque vean un signo inequívoco de su existencia y su actuación en nuestra vida, muchos nos parecemos a los habitantes de Nazaret quereos tener  certezas extraordinarias para creer en Dios y la verdad es que Dios se muestra en lo cotidiano, porque respeta nuestra libertad para que creamos en él.

                Dios está ordinariamente obrando en nuestras vidas cuando amanecemos cada día, cuando podemos comer, cuando puedo caminar con normalidad, cuando vemos a nuestros seres queridos. También se manifiesta cuando hago mi trabajo correctamente, cuando sonrío a los demás, cuando trato amablemente a un compañero de trabajo… Él quiere mostrarse a través de cada una de nuestras vidas, en lo cotidiano que se hace con amor.

                Seguramente los nazarenos se fijaron más en quién les explicaba las escrituras en lugar de la forma en que lo hacía, no se quedaron con la sabiduría que salía de Jesús sino cuestionándose por qué la tenía, es bueno aprender a valorar la vida de otra forma, no quién hace qué o a quién le queda mejor, es mejor estar pendiente del amor que pongo en cada cosa que hago, en la dedicación que pongo al estar con alguien, al hacer mi trabajo o mi estudio.

                La enseñanza más grande de la familia de Jesús, de José, María y los hermanos es que fueron personas comunes y corrientes pero que supieron convivir con Dios, en medio de lo que hacían en lo cotidiano, hoy recordamos especialmente a José un hombre que no alardeó de tener un hijo como Jesús o una mujer como María simplemente vivió con ellos, les amó profundamente, convivió con Dios en medio de lo que hacía, le amó profundamente y su vida se hizo extraordinaria en medio de la sencillez porque Dios le exaltó por medio de su hijo. Dios lo exaltó por su humildad y esto es lo que choca a muchos.

                Hoy es una invitación a que todos vivamos dando gracias a Dios por la familia que tenemos, por las cosas que él nos ha confiado y pidiendo que podamos confiar en él, en sus cuidados en medio de las situaciones difíciles como el paro, la crisis económica, la inseguridad social y política de muchos países. Reconocer que ni José, ni María, ni Jesús vivieron cómodos pero sin embargo confiaron en Dios, vivieron con él; sigamos nosotros su ejemplo y pidamos su ayuda para poder hacerlo, para poder vivir en la humildad de los hijos de Dios.

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