Hoy
las lecturas nos siguen hablando de
Jesús que abre su corazón a sus discípulos, a aquellos que viven con él. De
hecho el evangelio empieza con la siguiente expresión: Jesús, profundamente conmovido, dijo: “Os aseguro que uno de vosotros
me va a entregar” Esto me dispone seguir buscando tu corazón, a querer
conectar con tu vivencia Jesús en esta pascua, ¿qué querrás decirme Jesús a mí?
Estás profundamente conmovido porque uno de los tuyos te entrega, los otros no
se enteran de lo que pasa… Ninguno de los
comensales entendió a qué se refería, además sabes que se van a esconder y
a huir e incluso uno de tus preferidos te va a negar.
Es
muy fuerte que hasta las personas más cercanas que tienes, tus amigos, los que
se recuestan en tu pecho, los que comen en tu mismo plato, los que te hacen
promesas de amor, son esos mismos los que te no te entienden, los que se van,
los que te niegan e incluso los que te entregan. Aquí entiendo que la pasión es
una escuela de amor, donde tú amas sin importarte tu pellejo, amas más allá de
tus fuerzas, de tus límites, amas totalmente desprendido de ti hasta las
últimas consecuencias.
Mi
amor, el que yo doy, se parece más al de los discípulos, cuando me toca mi
carne, cuando me veo en peligro me echo para atrás, me arrepiento, me protejo.
Es que amamos hasta cierto punto, cuando no nos corresponden o incluso cuando
nos responden con mal ya hasta allí llegamos y esto es normal.
Tu
Amor Jesús, en cambio, es sobrehumano, tu amor no se puede vivir si no está
apoyado en el Amor del Padre. Es lo que él nos enseña en esta pascua, con tus propias fuerzas no puedes amar
hasta el final, no puedes perdonar y aguantar traiciones y ofensas de aquellos
que dicen amarte. Sólo el Amor del Padre es transformador, no es
utilitarista, no es dependiente de un trato o de una persona, es un amor libre,
pleno, un amor que sostiene nuestras vidas en los momentos más duros. Es lo que en esta pascua nos enseña Jesús,
con el Amor del Padre puedes llegar hasta el fin, amar hasta el extremo.
Curiosamente
los seres humanos estamos llamados a este amor, a trascendernos amando, a ir
más allá de nosotros mismos en el amor pero sólo por los caminos que nos ha
mostrado Jesús podemos llegar a realizar esos deseos ocultos que tiene nuestro
corazón.
En
el salmo nos enseñas Jesús tu actitud interior A ti, Señor, me acojo, no sea confundido jamás ¡Por tu justicia sálvame,
libérame! Es al Padre que acudes en los momentos de desesperación, es a él
que te confías cuando no queda nadie más. Enséñame a tener esa misma actitud de
buscar al Padre en mis dificultades, a saber que Él es mi refugio, mi
seguridad, que mi vida está sostenida por los brazos del Padre y que no me
defraudará.
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