Lineas para la Oración

PASOS PARA ORAR

1. LUGAR. Primero busca un lugar adecuado en silencio
2. ESCUCHA. Pide ayuda al Espíritu Santo poder escuchar. Lee el texto detenidamente, pregúntate ¿Qué dice el texto?
3. ASIMILA. Pregúntate ¿Qué quiere decir Dios en su Palabra hoy? actualizar su palabra, confrontar lo que creemos con sus valores
4. ORACIÓN. ¿Qué me parece ese mensaje qué le diría yo a Dios? exprésale tus sentimientos, dar gracias.
5. CONTEMPLACIÓN Y PRÁCTICA. Serenidad ante lo que Dios te dice, nos ayuda a ver la realidad de una manera distinta,
¿Cómo practicarías este mensaje? y atrévete a compartirlo a otros.

lunes, 16 de abril de 2012

¡HOY PUEDES NACER DE NUEVO!



                Hoy acude a Jesús un hombre llamado Nicodemo, este hombre es experimentado en las cosas de Dios, en las leyes judías, en lo que en su tiempo hacía un hombre para Dios; pero este hombre va buscando algo en Jesús, va de noche quizás por temor a ser visto y reconocido por muchos; el evangelio no dice por qué Nicodemo se acerca al Señor, pero pienso que tenía una inquietud porque reconoce algo especial en el Maestro cuando dice: Sabemos que has venido de parte de Dios, como maestro, porque nadie puede hacer los signos que tú haces si Dios no está con él. Qué inquietud tenía Nicodemo, quizás le faltaba algo, como sentimos muchos de nosotros cuando controlamos el lugar y la situación donde nos encontramos, quizás va buscando una experiencia más profunda de su fe, quizás va buscando acercarse a un hombre que causa muchas inquietudes a la gente, el famoso de quien todos hablan, no lo sabemos con certeza. Sin embargo Jesús le responde haciéndole una invitación: Te lo aseguro, el que no nazca de nuevo no puede ver el reino de Dios.

                Es una respuesta que coincide con la actitud de búsqueda que tiene Nicodemo, es decir, no te acomodes a tu fe tradicional; porque siempre podemos crecer, siempre podemos ir a más y muchas veces ese algo que nos falta, ese vacío que experimentamos en nuestra vida es porque falta llenarlo con el Amor de Dios, con el Amor personal de Dios. Por eso la invitación que le hace Jesús a Nicodemo es a abrir su corazón a la Buena Nueva, abrir su corazón a la persona de Jesús, no sólo porque hace signos sino porque es el Hijo de Dios, es aquel que le puede dar una nueva vida, una vida en el espíritu.

                Este nacer de nuevo quiere decir nacer a la vida del Espíritu tal como se lo dice Jesús: el que no nazca del agua y del Espíritu no puede entrar en el reino de Dios. Nacer a una vida espiritual es nacer a una nueva esperanza, a una nueva ilusión, a un nuevo amor en el corazón, ver la vida con unos nuevos ojos, supone una renovación interior, es nacer a la conciencia que el Espíritu Santo habita en mí, que Dios mismo quiere estar presente en mi corazón, que quiere dirigirme sus palabras para ayudarme a vivir de una manera diferente, con más alegría, con más gozo, con más esperanza.

Le dice nacer del agua porque el agua purifica, purifica todas las heridas que tenemos en el corazón, limpia los rencores que tenemos guardados, quita los viejos prejuicios anclados, abre las puertas que tenemos cerradas y disipa los miedos que nos paralizan. Esa agua es su Palabra, su amor, es la confesión, es el diálogo con alguien de fe. Supone dejar atrás los apegos de mi corazón y avanzar con un horizonte de confianza en Dios, de confianza en el Espíritu que él me va a guiar hacia el bien, hacia la verdad, hacia la paz; si en nuestra vida no hacemos este proceso no alcanzaremos la dicha que deseamos.

Dentro de unos 45 días estaremos celebrando la venida del Espíritu Santo por eso las lecturas nos estarán hablando de Él, pidámosle entonces al Señor que podamos recibir su Espíritu cada día, que como el agua purifique nuestra mente y nuestro corazón, que renueve nuestro espíritu, nuestro ser interior para que podamos vivir más cerca de su Palabra, de su Amor y de nuestros hermanos.  

Abre Señor nuestros corazones a tu presencia resucitada, que reconozcamos tu voz en nosotros y podamos seguir tus insinuaciones en nuestro interior para participar de tu alegría y de tu gozo.

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