Después
de la multiplicación de los panes y de la caminata sobre las aguas, la gente te
busca desesperada de un lugar a otro, eso es lo que dice el evangelio de hoy
sobre ti Jesús, ellos querían hacerte rey y has huido de ellos. Ahora les dices
que crean en ti como enviado de Dios, les dices que no trabajen por el alimento
que perece sino por el alimento que perdura para la vida eterna.
¿Qué
tiene que ver esto con nosotros? Es una llamada a mis prioridades, ¿dónde las
tengo puestas? Que me preocupe por el alimento de mi vida eterna, de mi vida
espiritual, cultivar el alimento que eres tú y no resolverme la vida por mí mismo.
Jesús les dice a estas personas que le buscan porque les dio de comer y que en
realidad lo que deben hacer es creer en él, que él es de Dios y que lo que él
les dice es verdad. Para nosotros esto se traduce en confianza, creer no es
solamente afirmar que existe Dios y que Jesús existió, que murió en la cruz y
resucitó, creer significa confiar en la Palabra de Dios, creer que esa Palabra
es verdadera, creer en lo que Dios nos dice, que Dios cuida mi vida y que no
estoy solo en el mundo.
Me he
encontrado últimamente con gente que ya no cree en Dios porque ha tenido una
pérdida de un familiar y Dios no hizo nada para evitarlo, otros se alejan de
Dios porque les está yendo mal en la vida tienen muchas dificultades y entonces
por eso no creen ¿acaso alguien ha dicho que creer en Dios nos hará la vida más
fácil? Y si nos lo han dicho no es
cierto. Seguimos buscando a Cristo por el pan, como estos discípulos, por las
cosas materiales, porque nos resuelva la vida, nos salve de la enfermedad o del
sufrimiento.
Entonces
si Dios no me hará mi vida más fácil ¿por qué debo creer en él? ¿De qué me
sirve? ¿Cómo compruebo que existe? Creer verdaderamente en Dios lo primero que
me da es una compañía, una persona que me ama y me acompaña desde lo profundo
de mi corazón en todas las situaciones que viva, luego me da la seguridad de
que aunque pierda un familiar él estará allí esperándole, me da la paz del que
tiene un amor firme en su corazón porque no enfrenta la vida sólo con compañías
exteriores, la enfrenta con un amigo íntimo, en el corazón, que le fortalece
por dentro más que ninguna otra persona. Creer en él me hace vivir desde mi
vida definitiva, desde mi vida espiritual y no sólo pendiente de mi vida
exterior, de las cosas pasajeras que un día están y mañana se irán, aunque sean
muy duras de digerir como la crisis que hoy en España ha despertado más viva, o
la situación de otros países que parece irresoluble.
Creer
en ti no es una cuestión de conveniencia, es una cuestión de amor, es una
cuestión vital, porque es tener a alguien que me guía hacia mi felicidad, a la
realización de mi persona, a la resurrección en medio de las vicisitudes.
Quizás
esta fidelidad a Dios me lleve a un final muy poco agradable, como le ha pasado
al mismo Jesús, como veremos en estos días que le pasa a Esteban; pero personas
como ellos son las que han luchado por la justicia, por la libertad, por la paz
y no se han dejado amedrentar, son esas personas las que con sacrificios construyen
el mundo más justo que todos queremos, estos luchan porque por dentro tienen un
amor que les impulsa, porque por dentro tienen un Dios que les sostiene.
Ayúdanos
Señor a dejarnos sostener por ti y a dejar que tú cuides de mi vida a ser
coherentes con tus palabras, con tu voluntad.
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