Lineas para la Oración

PASOS PARA ORAR

1. LUGAR. Primero busca un lugar adecuado en silencio
2. ESCUCHA. Pide ayuda al Espíritu Santo poder escuchar. Lee el texto detenidamente, pregúntate ¿Qué dice el texto?
3. ASIMILA. Pregúntate ¿Qué quiere decir Dios en su Palabra hoy? actualizar su palabra, confrontar lo que creemos con sus valores
4. ORACIÓN. ¿Qué me parece ese mensaje qué le diría yo a Dios? exprésale tus sentimientos, dar gracias.
5. CONTEMPLACIÓN Y PRÁCTICA. Serenidad ante lo que Dios te dice, nos ayuda a ver la realidad de una manera distinta,
¿Cómo practicarías este mensaje? y atrévete a compartirlo a otros.

martes, 17 de abril de 2012

EL ESPÍRITU NOS UNE



Hoy recomenzamos las clases en el teológico, seguimos en nuestro camino de formación intelectual para ser misioneros en cualquier parte del mundo, y pedía al Señor esta mañana que pudiera ser misionero de sus Palabras,  de su voz y no de la mía; le pedía que pudiera recibir en cada momento de oración su amor y su voz, su presencia resucitada en mi corazón. Le daba gracias por el Espíritu Santo que nos hace entender su Palabra y escuchar la voz de Dios en nuestro corazón, eso es lo que ayer invitaba Jesús a Nicodemo, le invitaba a ser un discípulo de la Palabra, del Espíritu Santo.

Le pedía al Señor poder abrir mi corazón a la guía del Espíritu Santo, atreverme a hacer las preguntas: ¿Qué quieres, Señor, hoy de mí? ¿Cómo quieres, Señor, que haga hoy las cosas? Pedía que hoy no me buscara a mí, que no buscara mis propios consuelos y satisfacciones, le pedía buscarlo a Él.

Hoy Jesús continúa hablando con Nicodemo y explicándole la dinámica espiritual de la vida, parece que este hombre no tiene mucha idea de lo que está hablando el maestro porque no le entiende: Y tú el maestro de Israel ¿No lo entiendes?... Si no creéis cuando os hablo de la tierra, ¿cómo creeréis cuando os hable del cielo?; pero esto también nos pasa a muchos de nosotros nos es extraño o nos cuesta eso de escuchar a Dios en el corazón, de dejarnos guiar por el Espíritu Santo, ¿cómo sabe uno cuando Dios quiere algo? Y más aún ¿qué quiere?, a mí personalmente me ha pasado lo que dice Jesús a Nicodemo: así tiene que ser elevado el Hijo del hombre, para que todo el que crea en él tenga vida eterna, esto significa que tuvo que haber pasado por la cruz y la resurrección para que nosotros podamos creer; y es verdad después de la Pascua he experimentado una gracia especial que me ha reforzado la fe, que me ha hecho querer más esta relación personal con Dios; pero es algo que puede llegar a todos, porque ya con Jesús resucitado, al pedir su mismo Espíritu, poco a poco nos va iluminando el corazón, repito sólo si lo pedimos. Por eso cada día pidámosle que venga a nuestro corazón, que podamos entender su Palabra.

La búsqueda espiritual no es un aislamiento a los problemas del mundo, como muchos lo piensan, no es una especie de intimismo con Dios para huir de todo y sentir bonito, se trata de conectar con el corazón y los deseos de Dios, para llegar a tener un corazón y unos deseos similares a los suyos, llegar ser alguien que se compadece de la vida de los hermanos, que ama al otro. Tal como dice Juan en sus cartas El que no ama a su hermano a quien ve, no puede amar a Dios a quien no ve. Es una consecuencia lógica de una persona que tiene una vida espiritual, tener una vida de paz, de compasión, de caridad, de reconciliación; por esto la espiritualidad que se propone no es inútil, es lo que hace falta a nuestro mundo tan lleno de odios, divisiones, conflictos, opresiones e injusticias, tanto es así que han llegado hasta dentro de la misma religión.

Pidamos hoy al Señor poder experimentar su amor, poder abrirnos al Espíritu Santo. Que tu Palabra Señor fortalezca mi fe, que fortalezca mi amor hacia mis hermanos, que aumente mi esperanza ante las situaciones difíciles que enfrento, que pueda caminar con la confianza de que tú eres mi Padre y que cuidas de mí.

Que como los primeros discípulos, de la primera lectura de hoy, podamos dar un testimonio de comunidad, de unidad, de amor, porque lo que más une a los creyentes no es la cultura, las ideas políticas similares, los talentos personales, lo que une es el Señor, la experiencia que cada uno tenga de él en el corazón, el amor que cada uno reciba de él y la fe que crezca en el interior de cada uno.    
¡Ayúdanos Señor a buscarte en comunidad!     

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