Otra vez estoy escapado del
retiro para compartir mi oración, hoy nos habla el evangelio de los discípulos
que se van a Emaús una vez que ocurre la pasión de Jesús.
En
este pasaje se nos presenta la reacción de estos discípulos ante los hechos de
la Pascua: Jesús un hombre que podía ser el Mesías pero que fue condenado a
muerte sin embargo algunas mujeres dicen que está vivo. Ellos reaccionan
huyendo de los problemas, de las cosas que no entienden y les sobrepasan, es un
comportamiento que tenemos muchas veces nosotros también.
Luego
van comentando a Jesús (sin saber que era él) la interpretación que ellos hacen
de los acontecimientos, están decepcionados porque no se cumplieron sus
expectativas y por esto renuncian a todo el rollo, mejor se van a su pueblo con
sus familiares y se pasa la página. Pero tú les das una nueva visión de las
cosas, les haces entrar en la fe, y es que tu resurrección Jesús nos hace
entrar en tu interpretación de las cosas, en la realidad que está más allá de
nuestros ojos, de nuestros sentidos.
Señor
tú eres el único que nos sacas del pesimismo, de la duda de fe, nos das otra
visión de las cosas. Muchas veces nosotros vemos lo mal que ha actuado la
Iglesia en la historia, los tremendos errores que cometen los curas, las
condenas que hacen los obispos, la riqueza de tal o cual persona que habla de
fe, lo difícil que es creer en que Cristo sea Dios y hombre, lo imposible que
es vivir con esta persona, lo mal que estoy sin trabajo, lo insuperable de la
crisis económica, etc. Pero tú hoy te presentas y nos dices qué lentos de
corazón sois… Yo doy mi vida por ti, tú eres mi hijo, yo te amo, vales el
precio de mi sangre, yo soy la felicidad que tú esperas y buscas…
En
resumen me das la interpretación de la fe, de una fe viva y no de conceptos, de
un Dios que hace todas estas cosas por mí, y que si las ha hecho es capaz de
encarnarse, de amar, de morir, de resucitar, de hablarme, de transformarme y
cambiarme ese corazón duro, es lo que nos enseñas en la resurrección.
Allí
en lo más cotidiano Jesús se quiere presentar personalmente, en la Palabra de
Dios, en la eucaristía, es muy bonito que el Señor en medio del camino y
después de partir el pan les abra los ojos a los discípulos. Les abre los ojos
porque les ha abierto el corazón de camino y se les ha presentado a explicarles
las escrituras porque ellos tienen la inquietud de entender lo que ha sucedido,
es cierto que se van pero caminan con la inquietud en el corazón. Esto nos
enseña una actitud que debemos tener para encontrarnos con el Señor, aunque
estemos pasando por momentos de duda, de tristeza, de alejamiento: mantengamos la inquietud de entender a Dios
en el corazón, él seguro que se presentará en medio de nuestras inquietudes
y dudas, nos dará una experiencia personal con él, a lo mejor en una eucaristía,
a lo mejor conversando con alguien sobre la fe, a lo mejor leyendo su Palabra, lo importante es no dejar de buscarle, no
dejar de pasar su vida por nuestro corazón… y luego en nuestra súplica quédate con nosotros se aparecerá en
nuestro corazón, en nuestra mente, de seguro que hasta le podremos sentir.
Ayúdanos
Señor a abrir nuestro corazón a tu presencia.
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