Lineas para la Oración

PASOS PARA ORAR

1. LUGAR. Primero busca un lugar adecuado en silencio
2. ESCUCHA. Pide ayuda al Espíritu Santo poder escuchar. Lee el texto detenidamente, pregúntate ¿Qué dice el texto?
3. ASIMILA. Pregúntate ¿Qué quiere decir Dios en su Palabra hoy? actualizar su palabra, confrontar lo que creemos con sus valores
4. ORACIÓN. ¿Qué me parece ese mensaje qué le diría yo a Dios? exprésale tus sentimientos, dar gracias.
5. CONTEMPLACIÓN Y PRÁCTICA. Serenidad ante lo que Dios te dice, nos ayuda a ver la realidad de una manera distinta,
¿Cómo practicarías este mensaje? y atrévete a compartirlo a otros.

miércoles, 11 de abril de 2012

QUÉDATE CON NOSOTROS



Otra vez estoy escapado del retiro para compartir mi oración, hoy nos habla el evangelio de los discípulos que se van a Emaús una vez que ocurre la pasión de Jesús.
   En este pasaje se nos presenta la reacción de estos discípulos ante los hechos de la Pascua: Jesús un hombre que podía ser el Mesías pero que fue condenado a muerte sin embargo algunas mujeres dicen que está vivo. Ellos reaccionan huyendo de los problemas, de las cosas que no entienden y les sobrepasan, es un comportamiento que tenemos muchas veces nosotros también.
   Luego van comentando a Jesús (sin saber que era él) la interpretación que ellos hacen de los acontecimientos, están decepcionados porque no se cumplieron sus expectativas y por esto renuncian a todo el rollo, mejor se van a su pueblo con sus familiares y se pasa la página. Pero tú les das una nueva visión de las cosas, les haces entrar en la fe, y es que tu resurrección Jesús nos hace entrar en tu interpretación de las cosas, en la realidad que está más allá de nuestros ojos, de nuestros sentidos.
        Señor tú eres el único que nos sacas del pesimismo, de la duda de fe, nos das otra visión de las cosas. Muchas veces nosotros vemos lo mal que ha actuado la Iglesia en la historia, los tremendos errores que cometen los curas, las condenas que hacen los obispos, la riqueza de tal o cual persona que habla de fe, lo difícil que es creer en que Cristo sea Dios y hombre, lo imposible que es vivir con esta persona, lo mal que estoy sin trabajo, lo insuperable de la crisis económica, etc. Pero tú hoy te presentas y nos dices qué lentos de corazón sois… Yo doy mi vida por ti, tú eres mi hijo, yo te amo, vales el precio de mi sangre, yo soy la felicidad que tú esperas y buscas…
En resumen me das la interpretación de la fe, de una fe viva y no de conceptos, de un Dios que hace todas estas cosas por mí, y que si las ha hecho es capaz de encarnarse, de amar, de morir, de resucitar, de hablarme, de transformarme y cambiarme ese corazón duro, es lo que nos enseñas en la resurrección.
        Allí en lo más cotidiano Jesús se quiere presentar personalmente, en la Palabra de Dios, en la eucaristía, es muy bonito que el Señor en medio del camino y después de partir el pan les abra los ojos a los discípulos. Les abre los ojos porque les ha abierto el corazón de camino y se les ha presentado a explicarles las escrituras porque ellos tienen la inquietud de entender lo que ha sucedido, es cierto que se van pero caminan con la inquietud en el corazón. Esto nos enseña una actitud que debemos tener para encontrarnos con el Señor, aunque estemos pasando por momentos de duda, de tristeza, de alejamiento: mantengamos la inquietud de entender a Dios en el corazón, él seguro que se presentará en medio de nuestras inquietudes y dudas, nos dará una experiencia personal con él, a lo mejor en una eucaristía, a lo mejor conversando con alguien sobre la fe, a lo mejor leyendo su Palabra, lo importante es no dejar de buscarle, no dejar de pasar su vida por nuestro corazón… y luego en nuestra súplica quédate con nosotros se aparecerá en nuestro corazón, en nuestra mente, de seguro que hasta le podremos sentir.
                Ayúdanos Señor a abrir nuestro corazón a tu presencia.

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